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Logan pov's:
Vi como Sophia se levantaba de su lugar y caminaba de forma torpe hacia el portón medio abierto.
Yo también me levanté con mucha dificultad, apoyándome de las paredes.
Comencé a caminar a la misma velocidad que Sophia, la mire, observando como la luz del sol iluminaba su rostro putrefacto.
Baje la mirada y seguí caminando, mi pies pisaban las escaleras rotas y de madera, tirando una barricada que había hecho anteriormente. Caí al suelo, y levanté la cabeza para ver cómo Sophia por fin salía de aquel infierno.
Mis brazos delgados agarraron fuerzas y me levanté, camine atrás de ella hasta llegar a un costado del portón, escondiéndome ahí.
Lo siguiente que escuche fue el vil silencio y después...
"Sophia! Sophia!"
Unos gritos ensordecedores corrieron hasta mis oídos y se acostaron ahí. Cerré los ojos con fuerza.
"Era su madre..."
Me golpeé la cabeza contra la madera del portón.
"Esa gente era su grupo..."
Y por último, Un disparo resonó por todos lados, haciendo temblar las tierras y llorar a los ángeles.
Me resbale por la pared con mi espalda pegada a esta, me quedé sentado en el suelo mientras unas lágrimas traicioneras salían de mis ojos, cerré estos con fuerza mientras hacía muecas para que nadie me escuchará llorar, Mis piernas dolían, mi cabeza punzaba y la sangre en mi rostro se mezclaba con la mugre y lágrimas.
Seguí ahí en mi lugar por un buen rato, hasta que lo único que se sintió afuera fue el silencio.
El maldito silencio.
Solo se presenta después del caos, ¿no?
Con mucho esfuerzo me levanté, tambaleando en el proceso y aferrándome al portón, mi cabeza y mi vista se nublaban así que entrecerré los ojos. Di un par de pasos hacia la salida, donde la punta de mi pie fue iluminada de forma tenue.
Seguí caminando despacio hasta que mi cuerpo fue visible en la ranura del portón de aquel infierno, moví mi manos un poco y entrecerré los ojos cuando los rayos de luz pegaron a mi rostro ocasionando que lo baje y las rastas me lo cubrieran. Caminé de forma torpe mirando el suelo, mis pasos parecían los de un caminante...
Y mierda que se lo tomaron en serio.
Me detuve en seco al ver un arma apuntándome en la cien. Levanté la mano levemente y gire un poco el rostro, retrocedí un par de pasos mirando fijamente al hombre que me apuntaba. Se veía decidido en hacerlo.
