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"Entonces te das cuenta que no es quien te mueve el piso, sino quien te centra. No es quien te robe el corazón, sino quien te hace sentir que lo tienes de vuelta."
By...Mario Benedetti
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Paranoia.
Es extraña, ¿no?
Sientes un profundo miedo comiéndote poco a poco, ese miedo tan ridículo de creer que cualquiera puede dañarte.
Ese sentimiento constante de ser observado.
De ser perseguido.
Ese temor y desconfianza hacia otros.
Esa luz titilante en tu cabeza que hace eco como el golpeteo de un martillo en una superficie de metal, que te dice...ten cuidado, te están observando.
Una desconfianza no realista, un miedo que no tiene explicación y una sensación que parece no tener historia.
Cada vez que volteas para donde crees estar siendo observado, solo encuentras los pastizales danzando lentamente por la canción del viento.
Cuando la oscuridad abraza el ambiente ese sentimiento solo empeora, parece que lo que sea que te observa, no quiere dejarte tranquilo ni siquiera ahogandote en la hambruna de la penumbra.
Pero...¿siquiera hay algo que te está observando?
Al fin y al cabo, puede ser tu imaginación.
O puede ser real.
Bien dicen que en lo que no ves, no debes creer.
Pero lo sientes, en tu cuerpo, en tu cabeza, en tu espalda, alguien te estaba mirando, lo juras. Te están respirando en la nuca con los ojos.
