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"𝐿𝑎 𝑟𝑎𝑑𝑖𝑜 𝑛𝑜 𝑒𝑠𝑡𝑎 𝑒𝑚𝑖𝑡𝑖𝑒𝑛𝑑𝑜 𝑛𝑎𝑑𝑎."
...
Seis niños estaban enfrente de un árbol. El cuál comenzaba a ser consumido por el fuego lentamente, sus hojas se volvían negras y ese color verde vivo se iba perdiendo de a poco, a un ritmo casi castigador.
El octavo niño estaba parado detrás de los otros seis, mirando lo mismo, de uno de sus dedos goteaba sangre de forma lenta. Y constante.
Detrás suyo podía escuchar los gritos de las personas, sus pasos correr rápidamente mientras eran perseguidos.
Desesperados por vivir.
Bajo la incógnita de si sufrirían o volverían a nacer.
Que delirio.
Que pesar.
Viviendo bajo el fuego, bajo las sombras, bajo eso que te lastima y te esconde.
Pero eso ya no importa, ya no les importa.
Ya no quieren ser salvados.
...
Logan cerró los ojos fuertemente al escuchar el grito ensordecedor de Maggie, cargado de dolor, de desesperación.
Ella quería despertar, no...ella quería que Beth despertara.
Y no lo haría.
Ya no.
Logan no sintió nada en ese momento, no estaba aburrido, no estaba dolido. Eso le asustaba. Le asustaba estar perdiendo sus emociones, esas que lo hacen humano.
Tal vez ya ni siquiera era humano.
Lo único que hizo fue pasar de largo, caminando hasta la camioneta en la que creía estaba Carl.
Ignoró todo aquello que lo rodeaba, los cadáveres de los caminantes, los llantos de Maggie, la mirada de Rick. Rodeó lentamente el vehículo, con miedo de mirar esos ojos azules que tanto le gustaban. A medida que más se acercaba, más vulnerable se sentía.
Se apoyó en el marco de la puerta cuando llegó al interior de la camioneta, sus ojos estaban levemente cristalizados. De repente al ver a Carl sentado enfrente del canasto donde estaba Judith e Indiana acostada a su lado, comenzó a sentir un nudo en el pecho y en la garganta.
