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Rick había despertado.
Era la mañana siguiente, padre e hijo estaban sentados en el suelo contra el sofá. Rick, a comparación de la noche anterior, estaba mucho mejor gracias a los cuidados constantes de Logan y Carl.
Ahora mismo el rubio estaba en la cocina dejando que el Grimes menor tuviera un momento de privacidad con su progenitor.
-Salir de esa forma fue peligroso, debieron haberse quedado aquí.- Habló de forma suave Rick, después de que Carl le haya hecho un resumen de lo que él y Logan estuvieron haciendo.
-Fuimos cuidadosos.- Aseguró el chico.
-Es bueno que hayan encontrado más comida.- Rick señaló con la cabeza la bolsa con el respectivo alimento.
-Encontré aún más...pero...me la comí.- Agachó un poco la cabeza, desviando la vista de su papá.
-¿Qué era?- Rick lo miró con intriga.
-Como...tres kilos de postre de chocolate.- Carl lo miró y sonrió, ambos lo hicieron.
Se quedaron un rato en silencio hasta que un suspiro de parte de Rick se escuchó.
-Yo sé...que las cosas no volverán a ser como eran antes.- Pausó unos segundos, agachando la cabeza para evitar el contacto visual con su hijo.- solo me aferré a eso por ti, por Judith...y ahora ella se fue.- Rick levantó la cabeza, mirando a Carl está vez a la cara.- Y tú...tu eres un hombre, Carl. Eres un hombre...perdóname.
-No te disculpes, está bien.- Una cálida sonrisa de parte del adolescente hizo que el adulto se sintiera más tranquilo.
-Tenemos suerte de tener a Logan, me alegra saber que estuvo acompañándote todo este tiempo en el que estuve inconsciente. Es un buen amigo.- Musitó Rick de lo más tranquilo, tomando una botella de agua.
Carl sonrió levemente, mirando a su novio en la cocina, con los pies sobre la mesa, su vista volvió a recaer en Rick.
-No es mi amigo, papá. Es mi novio.-
El agua casi no pasa por la garganta de Rick al escuchar esas palabras provenientes de la boca de su hijo. Carl lo miró con una sonrisa, la cuál fue correspondida.
-Dios santo, ¿Cuánto tiempo estuve dormido?- Preguntó el mayor, haciendo reir al menor.
-La noche anterior, unas horas antes de que despiertes. Yo sé lo pedí y me dijo que si, es...oficial.- La sonrisa leve de Carl no desaparecía al recordar la noche de ayer.