13. conejito enojado

37 6 1
                                        

—Necesito que nos acompañes.—Un hombre que pertenecía al grupo de bomberos habló firme en dirección a nosotros, sobre todo porque Bleu al salir de la casa se fue directo hacia mi con la intención de huir lejos del lugar.— ¿te duele mucho? —la mirada de aquel hombre se dirigió a una gran herida de Bleu. La camiseta que se había rasgado y adherido a su piel por lo que supuse fue el fuego dejaba ver una notoria herida, una que abarcaba gran parte de su espalda—

Ni siquiera había notado que la tenía ahí— respondió con falsedad, retrocedió unos pasos tomando mi mano con firmeza— como sea debemos irnos.. —se dio media vuelta dispuesta a correr conmigo pero el bombero la afirmó

Ustedes dos deben venir con nosotros. —demando sin soltar el agarre, Bleu asintió con cierto odio en su mirada, con cierto desagrado pero sin rechistar. Aquel nos guío a una furgoneta entrando a un tipo de compartimento en la parte trasera. Ese chico que en mi memoria es borrosa curo las heridas de Bleu, está se quejaba en silencio haciendo muecas expresivas de dolor, pero como siempre manteniéndose atenta a su alrededor. Mi hermana jamás dejó de sostener mi mano, estaba asustado, ella lo sabía, y como siempre se mantuvo a mi lado. Sigue en mi memoria la duda de que fue lo que vio Bleu dentro de la casa en llamas, o que fue lo que quería ir a buscar ahí.

—¿Cuantos años tienen? —preguntó el bombero

Yo tengo 13 años, el 10 —contesto y el hombre anoto en una hoja

—¿Sus nombres?

Bleu y Azora Holmelund. —Bleu mantenía sus ojos, observando todo con detención dentro de la furgoneta, pude reconocer la misma mirada dentro del orfanato, era de esperarse que siempre estuviera en corrección, aquella chica siempre quiso escapar del lugar pero la atrapaban antes de que pudiera hacerlo

—¿Bleu planeabas dejarme solo? —pregunte escondiendo mi cabeza en mis rodillas y brazos

—¡Por supuesto que no!, ¡lo dejaba listo para la noche!. —respondió en un gruñido acariciando mi cabello

—¿Pero por qué quieres irte? —la mire finalmente y esta hizo una mueca— al menos tenemos comida..

Este lugar no es lo mejor para nosotros Azora.

Esa misma noche intentamos huir otra vez, pero en su lugar ambos fuimos arrojados a corrección, esa habitación sumamente oscura, dejaba nuestros ojos cegados hasta cuando por fin salíamos de ahí.

—¿Holmelund? una voz suave se escucho y a su vez una luz cegadora se apoderó de correción al ver que las puertas se abrían.

A cual de los dos buscademando Bleu en un intento de pregunta, con cierto recelo escondiéndome atrás de su cuerpo como era costumbre

—A los dos. —respondió aquella dulce mujer que ahora es un recuerdo importante en mi memoria. Comenzó a caminar fuera de correción con nosotros a la siga, Bleu por otro lado seguía observando todo cerrando sus ojos de vez en cuando intentando memorizar lo que veía.—¿quieren jugar? se detuvo frente a dos grandes puertas

—¿Jugar? ¿A qué? —murmure y ella sonrió posándose de cuclillas frente a mi—

hay unos libros muy divertidos en la biblioteca, ¿les gusta leer? —preguntó con suavidad, acerco su mano a mi rostro e inmediatamente cerré mis ojos pensando que me golpearía pero en vez de eso ella estaba acariciando mi mejilla sin una pizca de asco

Metanoia. (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora