Capitulo 12: Suprenimales

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12 De Junio - Shincal / Hora - 1: 09 Pm

Nadaron con la corriente del río subterráneo, explorando las maravillas ocultas bajo tierra. La luz bioluminiscente creaba un espectáculo surrealista en las paredes rocosas de la cueva sumergida. Finalmente, llegaron a una orilla y emergieron del agua.

Himeya extendió una mano a Helena para ayudarla a salir del río. Sus ojos se encontraron, y por un instante, el misterio del lugar pareció desvanecerse ante la realidad de su conexión en medio de lo desconocido.

—Gracias —dijo Helena, sonriendo.

El equipo salió del agua y se encontró en una amplia caverna. En el fondo, vislumbraron una apertura que revelaba un destello de luz. Se acercaron con cautela y, al llegar a la salida de la cueva, quedaron maravillados.

Ante ellos se extendía un paisaje selvático, la luz del sol filtrándose a través de la densa vegetación. Estaban al borde de la selva, listos para emerger de ese mundo subterráneo.

—¿Estamos de vuelta en la superficie? —preguntó Steven, asombrado.

Himeya asintió, admirando la transición de la oscuridad a la luz.

—Parece que hemos encontrado la salida. Volvamos a la selva, pero esta vez desde un lugar inexplorado.

Con una mezcla de asombro y expectación, el equipo se aventuró hacia la luz del día, preparados para descubrir lo que la selva tenía reservado para ellos.

El río fluía hacia un paisaje idílico, rodeado de vegetación y exuberante selva. El sonido de cascadas distantes llenaba el aire, y aves coloridas revoloteaban en lo alto.

—Estamos de vuelta en la superficie —dijo Himeya, con una sonrisa de satisfacción.

Helena, sintiéndose cautivada por la vista, añadió:

—Este lugar es mágico. Pero, ¿dónde estamos exactamente?

—Solo hay una forma de averiguarlo. Sigamos el curso del río —propuso Steven.

Mientras caminaban siguiendo el curso del río, el equipo divisó a lo lejos una nube de polvo y humo que se elevaba en el horizonte. Al acercarse, quedaron horrorizados al ver varios vehículos militares destruyendo pueblos y causando caos en la superficie.

—¿Qué diablos está pasando allí? —preguntó David, con incredulidad en su voz.

—Parece una guerra —dijo Steven, observando con preocupación la escena.

—No podemos quedarnos aquí. Tenemos que volver a la cueva, al menos por ahora —sugirió Himeya, señalando hacia la entrada de la gruta.

El equipo corrió de vuelta hacia la cueva, buscando refugio en la seguridad de la cueva. Al llegar, se apresuraron a adentrarse en la caverna y se refugiaron mirando hacia lo lejos.

—Esto es aterrador. ¿Por qué están destruyendo todo? —se preguntó Helena, visiblemente preocupada.

—Quieren esparcir miedo. El ejercito de Hifflon quiere revivir a un demonio llamado, Hifflon. Lo ha estado haciendo mucho antes que nosotros naciéramos. Debemos esperar y evaluar la situación antes de decidir nuestro próximo movimiento —dijo Himeya, intentando calmar los ánimos del grupo.

Mientras se adentraban más en la cueva, el eco de los estruendos y la destrucción resonaba en el túnel, recordándoles la peligrosa realidad que enfrentaban en la selva.

—Pensé que los terroristas estaban rumbo al valle de Catamarca —comento Helena.

—Dios mio. Parece que hay mas de ellos de lo que pensamos —contesta Himeya.

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