AÑO 2015
7 De Junio - Valle de Catamarca / Hora - 10 : 03 am
Al día siguiente, el sol brillaba en el cielo y Himeya se encontraba frente a una casa en una tranquila villa, su bicicleta apoyada cercana al jardín. Sacó un pequeño papel de su mochila, en el que tenía anotada la dirección, y se aseguró de que fuera la casa correcta. Con un toque de nerviosismo, se acercó al timbre y presionó el botón.
Los segundos se hicieron sentir, y finalmente, la puerta se abrió para revelar a una mujer probablemente en sus cuarenta años, de cabello oscuro y expresión amable. Himeya respiró hondo y se dirigió a ella con respeto.
—Buenos días. ¿En qué puedo ayudarte? —preguntó la mujer, su mirada transmitiendo seriedad, pero también una chispa de curiosidad.
—Disculpe, señora, ¿está Gael Laux aquí? —preguntó Himeya con cortesía, su voz teñida de ansiedad. Había venido en busca de respuestas sobre un misterio que lo había llevado hasta esa casa, y cada segundo que pasaba lo acercaba más a la revelación que ansiaba.
La mujer, visiblemente sorprendida, miró a Himeya durante un momento antes de responder.
—¿Gael? No, no está aquí. ¿Por qué lo buscas?
—Lo conocí hace tiempo. Somos amigos, y necesito hablar con él. Lo siento por la visita inesperada, pero es importante —explicó Himeya, su tono revelando la urgencia y la importancia que tenía para él este encuentro.
La mujer parecía contemplativa mientras estudiaba a Himeya. Luego, asintió con amabilidad.
—Entiendo. Gael no ha estado en casa desde hace tiempo, pero puedo intentar ayudarte. ¿Quieres esperar un momento en la sala?
—Esta bien —asintió Himeya con gratitud y esperó con paciencia sentándose en un mueble de la sala, con la esperanza de que esta visita lo acercara un poco más a las respuestas que buscaba.
La madre de Gael Laux se retiró a otra habitación para realizar la llamada, mientras Himeya aguardaba, consciente de que esta conversación podría llevarlo a descubrimientos importantes en su búsqueda del misterio detrás del mapa y los nombres que había encontrado.
Mientras sus ojos vagaban por las paredes adornadas con pinturas antiguas, la mujer regresó, trayendo consigo dos vasos con agua. Le entregó uno a Himeya y se sentó en otro mueble en la acogedora sala.
—Dijiste que lo conocías hace tiempo ¿Desde cuando conoces a Gael?
Himeya respiró hondo antes de responder, dejando que las emociones fluyeran a través de sus palabras.
—Vivía en una academia en córdoba, ahí conocí a Gael y se convirtió en mi mejor amigo. En el 2008 el me dijo que quería ser un historiador y se iría a vivir con su madre Ursula al Valle de Catamarca.
—Es cierto, con la muerte de su padre, yo estaba buscando trabajo y lo encontré en Catamarca. Vivir en Córdoba no estaba en mi presupuesto. Por eso lo llevé a vivir aquí. ¿Desde cuándo vives aquí? —compartió Ursula, dejando que la nostalgia de esos recuerdos fluyera en su voz.
—Hace dos años llegue al valle. Mis padres también estaban buscando trabajo y oportunidades. Recordé lo que me dijo Gael, que iba a vivir en este valle con usted, trate de buscarlo, pero no lo encontré.
—¿Y cómo encontraste esta dirección? —preguntó Ursula, fascinada por la historia que se estaba desentrañando.
—Por medio de este mapa. Tiene su nombre y el de su hijo. Estos números indican una dirección.
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Las Crónicas De Victory®
Novela JuvenilPrecuela/Spin-off de: Iniciativa Caídos: Ciber-Amenaza ❇Las vacaciones de verano del 2015 están a la vuelta de la esquina: para Himeya, de 17 años. Solo quedan una semana antes que se mude a Buenos Aires con sus padres: lejos de sus mejores amigos D...