CAPITULO 16

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TABATHA

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Estamos a un día de mi cumpleaños, ya preparé las maletas y quiero llevarme un par de postres para mi cumpleaños. En estos días siempre me ha gustado hacerme mi propio pastel porque tengo la oportunidad de hacerlo como mejor me venga en gana con todo lo que se me antoje. Voy en una camisa de Vance que le robé del armario porque no quería vestirme con nada de lo que tengo a mi disposición aun así considerando que Vance me llevó de compras y me dejó llevar más de cien bolsas de ropa.

Y yo, fui directo a ponerme su ropa.

La camisa es nueva, preciosa en un tono blanco hueso que me gusta y que me toca los muslos. Se siente como llevar una tela demasiado costosa contra mi cuerpo pero que es lo suficientemente cómoda como para no quejarme.

—Tía Tab, quiero echar más purpurina, por favor.

Cuando veo a Romi me hace sus ojitos preciosos, le entrego el glaseado de chocolate amargo para que agregue más purpurina plateada. Le dejaré una buena tanda de popes y también a los chicos para que tengan como postres en las comidas.

Vance llega saludándome y rodeando mi cintura con una mano.

—Una camisa más que se va a la basura, ¿cierto, dulzura?

—No va a salir dañada, lo prometo.

—De acuerdo, tengo una reunión pendiente con Kylian Gauthier —me explica—. Así que por favor, contrólense, no quiero que entren al despacho sobre todo porque tengo cosas serias que atender. ¿De acuerdo?

—Mira Cece, es chocolate con mucha purpurina.

Romi le extiende el cuenco para mostrarle la cobertura que está más brillante que cualquier otra cosa.

—¿Entendió, señorita? —Le pellizca su naricita de botón—. Está muy bueno.

—Y se quedará así, ya es demasiada purpurina, Romi.

Vance la levanta en sus brazos para cargarla y elevarla contra el aire, sus risas me animan un montón y sin duda, en compañía de Romi y Vance he estado pensando que el hombre sería un buen padre. La mima, la llena de besos, juega con ella a pesar de que tenga trabajo, la baña en la tina que ama llenar de burbujas y le compra juguetes para la bañera.

En definitiva, sería un excelente padre.

—No van a tardar en llegar, cuando termine te aviso para que estés pendiente de nuestra salida, dejamos todo acomodado para que nos vayamos a Alaska, dulzura.

—Ya tengo todo listo para nuestro viaje.

—Perfecto, cuando termine de atender a Kylian voy y hago mi maleta.

—¡¿Por qué no me pueden llevar?! Yo quiero ir a Aska, yo quiero ir con ustedes.

—No se puede porque tienes estudios, señorita, y tú madre me va a matar si te llevo y te enfermas.

—¿Y si le pido permiso a mami, Cece?

—Te dirá que no porque tienes estudios...

—Y me voy a enfermar. —Finaliza por él, me aprieta el corazón cuando baja la carita—. Yo quería ir con ustedes, pero está bien...

—Este viaje es de adultos, Romi. —Vance le levanta la carita y ella le hace ojitos—. No juegues conmigo.

—¿Por qué?

—Porque seguiré diciendo que no, cuando no sea un viaje de adultos sabes que te llevaré.

—¿Y qué hacen los adultos en un viaje de adultos?

Inocencia malvada #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora