Inocencia malvada #1

CAPITULO 22

VANCE

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Pasado.

Mi cabeza da vueltas, no he podido dormir nada bien, creo que si juntamos las dos semanas pasadas y hacemos la suma de lo que he dormido, han sido creo que cuatro horas. Siempre estoy despertándome con el temor de que les hagan más daño a mis hermanos y siempre estoy tratando de cuidar de mamá.

Mis hermanos son menores que yo y con todo lo que ha pasado desde que hemos nacido, no tenemos muchos conocimientos sobre el mundo, solo de golpes y maltratos constantes. Deslizo mis manos contra el cabello de mamá, misma que se ve muerta desde ya.

Ella dijo que la única manera de salir de aquí es que uno de nosotros muriera, en este caso, no me tomó mucho tiempo darme cuenta quién iba a ser esa persona. Ya no tiene fuerza, ya no tiene ni la habilidad de pelear con nuestro padre que solo es un hijo de perra, ya no tiene la fortaleza para protegernos de él.

Cuando giro mi cabeza, veo a mis hermanos que duermen abrazados, la oscuridad ha llegado a ellos, trataba de que no fuera así, era imposible que no sucediera porque no soy lo suficientemente fuerte para combatir con ese bastardo, menos al saber que tiene gente.

Nuestra madre me ha dicho que en el momento en el que uno de nosotros muera, yo tengo que tomar la oportunidad de salir para conseguir la salida. Ese hombre tan solo vive y nos mantiene en este lugar porque mi mamá sigue respirando y también sigue en el mismo mundo que él, lo que quiere decir que si ella se va, nosotros tenemos que tomar fuerzas.

Va a querer hacer lo mismo con nosotros, va a querer maltratarnos hasta matarnos porque de esa manera va a terminar con el ciclo que lleva años sin terminarse. Todo a mi alrededor ya no es un secuestro, es un calvario lo que hemos vivido aquí.

Me siento en el suelo ya que nuestras camas son colchones sucios que están al ras del suelo, le doy la espalda a mamá que parece que la fiebre le está bajando y coloco mis codos contra mis rodillas.

No quiero que sigan sufriendo, yo quiero que mamá se salve, yo quiero que venga con nosotros porque hace unos años hacíamos planes. Una de esas cosas era ir a lugares divertidos, la lista era pequeña, pero bastante emocionante y que me brindaba esperanza: teníamos que ir al parque y comprar helados, igualmente estaba en los planes hacer un picnic. Ir al cine aunque yo prefiero que sea si la sala está vacía, no me agrada la gente.

O la realidad es que la gente de este lugar no me agrada.

Mis ojos han visto lo suficiente, hay chicas que también las encadenan como a nosotros cuando nos portamos mal según nuestro mártir. Esas mismas chicas suplican y hay veces en las que los hombres de esta organización no tienen pelos en la lengua, han dicho que siempre son usadas, al preguntarle a mamá me costó mucho que me dijera la verdad.

Las secuestran para que sean parte de la trata de blancas o la explotación sexual, no están aquí por su propio pie, hay hijas, hermanas, madres, amigas que han perdido su vida por este tipo de personas que abusan todo el tiempo de ellas. Una chica murió hace una semana, en los pasillos escuché lo que los hombres decían y esa chica ya había pasado por doscientas manos. Lo que quiere decir que fueron doscientos hombres.

Tan solo saber y repetir esa conversación me asquea porque sé que es lo que le pasa a mamá. El bastardo ya para prevenir mi agresividad y la de Alex, nos encadenan mientras vemos como la hace suya. Eso no es hacer suya a nadie, el amor es diferente y me lo ha explicado mamá, eso es violación, es un abuso sexual constante que no me parece que va a parar nunca.

Hay movimiento y es Alex que se levanta para ir hasta el cubo de basura en el que despoja todo lo que había en su estómago y lo que hay es agua, avena, ácidos.