Inocencia malvada #1

EXTRA 1

Especial un millón de lecturas.

TABATHA

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Tomo la espátula para comenzar a trazar movimientos circulares por toda mi crema, quiero que quede en punto de nube ya que la consistencia de las cosas espumosas o algodonosas es una de mis favoritas. Veo una pequeña mano que se asoma por la isleta de la cocina, alguien ha sido una gran hermana, aunque también muy malvada porque desde que Thorne tiene uso de razón, Romi y él se encargan de robarme mis cosas.

Cuando no encuentro una duya es porque alguien de ellos dos la está lamiendo para sacar hasta la última gota de relleno.

Cuando no encuentro mis plumones comestibles y hojas de arroz es porque Thorne está escondido debajo de la cama trazando carros y castillos para luego comerse sus dibujos.

Y cuando escucho un grito es porque hay problema, hay problemas con el monstruo que alberga este hogar.

—¡¡Tabatha!!

Dejo de mezclar mi crema para los panecillos que voy a preparar el día de hoy, repaso mis manos en el delantal aunque es un movimiento descuidado.

Desde hace mucho tiempo me dejé de interesar por estar cien por ciento limpia.

Tengo hijos y ellos podrían llegar a ensuciar más que yo en una tanda de cupcakes que me toma unas cuantas horas. Agarro el frasco con purpurina para alejarlo de las manos de mi pequeño Vance, su nombre es Thorne, pero algo me dice que es una replica exacta de mi esposo con un nivel de travesuras que no sé de quién lo sacó.

—No más purpurina, pequeño.

—¡¡Mami!!

Se echa a llorar como el berrinchudo que es, se cuelga a mi pierna y veo como Romi sale corriendo de nuestra habitación con Popi detrás. Cuando me enfrento a ella tiene la cara llena de crema para decorar cupcakes y chispitas hasta en el vestido.

—La lengua —le pido que me muestre ya que no sé si se la comió o la usó.

Saca la lengua, hizo las dos, conozco muy bien a mi hija y sé que cuando se aburre o su padre le hace un mal comentario a Popi ella sale a la defensa para atacar a su padre.

—¿Qué hiciste ahora, Romi?

—Lo mismo de siempre, mami —me sonríe revelando unos cuantos de sus dientes que están naciendo, uno de ellos el colmillo—. Esta vez papi dijo que Popi era una mala gallina pelona, no está pelona, tiene muchas plumas.

—Nena, no puedes estarle manchando los trajes a papá cada que ofende a Popi, ya te dije que es su manera de tratarla y llevarse amistosamente con ella.

Cuando siento que el pequeño mono de mi pierna está por zafarse para salir corriendo en busca de la purpurina, lo tomo de la cabeza, pesco su brazo y le envuelvo un brazo en la cintura.

Va la segunda pataleta, Thorne comienza a agitarse.

—¡¡Abajo, abajo!!

—No, señor, se metieron en problemas y ahora hay que solucionar esto.

—Tengo que ir a darle de comer a Popi...

—Ven acá.

Tomo a Romi de la mano, ella se echa en el suelo y la arrastro al mismo tiempo en que tomo del pie al niño porque se me quiere escapar. Cuando llego a la puerta de la habitación tengo que abrirla haciendo malabares, abro la cosa con una patada y Vance está en medio de la habitación viendo el desastre que hay en todo el lugar.