Fernando x Mark

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La primera vez que Fernando y Mark se encontraron frente a frente, el universo conspiró para revelar una conexión profunda que iba más allá de la superficie. Habían compartido momentos de adrenalina en el bullicio de eventos sociales y la efervescencia de los fans en las carreras, pero cuando quedaron solos, sin la interferencia de la multitud, algo trascendental ocurrió.

—¿Puedes sentirlo, Mark? — preguntó Fernando, con una sonrisa asomando en sus labios.Mark asintió, su mirada fija en la de Fernando.

—Es como si nuestras almas se reconocieran.—En ese silencio cósmico, las feromonas que emanaban de sus cuerpos se entrelazaron en un baile armonioso y embriagador, ya que el aroma de ambos hizo una mezcla rara pero que a ambos les encantó el contraste de una con la otra.

—Nunca he experimentado algo así —confesó Mark, sorprendido.

Fernando asintió, sus ojos brillando. —Somos como imanes, atrayéndonos el uno al otro.—

El aroma de sus esencias se fusionó de manera asombrosa, como si sus lobos internos hubieran reconocido la afinidad desde el principio. Las miradas se encontraron, y la conexión que surgió fue mucho más profunda que cualquier cosa que pudieran haber experimentado alguna vez.

Sus lobos aullaron en reconocimiento, celebrando la unión de almas que iba más allá de la mera química física. Los ojos de Fernando encontraron los de Mark, y en ese instante, sus corazones resonaron al unísono. Era como si hubieran estado destinados a encontrarse en las sombras, y la luz del destino los había reunido.

En el vasto y complejo universo del Omegaverse, donde las feromonas eran el lenguaje que tejía las historias de amor, Fernando y Mark se embarcaron en un viaje conjunto en el que descubrirían que su amor no solo trascendía las barreras de lo ordinario, sino que también era la promesa de un futuro lleno de felicidad y nuevas experiencias que les aguardaban.

Después de aquel encuentro revelador, los lobos de Fernando y Mark, desde el interior, ansiosos y hambrientos, rasguñaban las paredes de su ser cada vez que se separaban. La conexión entre ellos se intensificó, y decidieron explorarla más allá de las miradas furtivas y los encuentros casuales.

—No quiero perder ni un segundo más contigo, Fer —dijo Mark, tomando la mano de Fernando con determinación.Comenzaron a salir en citas, descubriendo sus gustos y pasiones compartidas.

Pero lo que empezó en la mesa pronto encontró su camino a la cama, donde la conexión física entre ellos se volvió tan profunda como la espiritual.Fue un momento de deseo y compromiso, pero Mark no quiso marcar a Fernando en todas esas veces que le ofreció su cuello, el más bajo.

Aunque el omega sabía que era porque su alfa quería hacerlo hasta que se comprometieran, su lobo aullaba decepcionado, creando más inseguridades en Fernando sobre que solo era un juguete más para el otro.Sin embargo, tras ese apasionado acto, la realidad de sus vidas cotidianas se interpuso en su camino.

Las demandas del trabajo se intensificaron, exigiendo su atención y energía. Aunque la conexión entre ellos permanecía fuerte, tuvieron que apartar su relación por un tiempo para concentrarse en sus responsabilidades profesionales.

—Te extraño, Mark. —confesó Fernando en una videollamada. Mark suspiró. —Yo también te extraño, Fer. Pero pronto estaremos juntos de nuevo, lo prometo.

Aunque distantes en el trabajo, sus noches compartidas siguieron siendo un faro de consuelo y amor. A medida que las semanas pasaban, la espera solo avivó el fuego de su deseo mutuo.

Finalmente, cuando la tormenta de responsabilidades disminuyó, encontraron el tiempo y el espacio para reavivar la llama de su relación.—Estaba deseando este momento —susurró Mark mientras abrazaba a Fernando.

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