Mentiras, traiciones y secretos.
Me sorprendió que el tiempo pasara tan lento, a decir verdad no sabía en qué momento había llegado mayo, pero menos sabía todo lo que traería consigo.
Llegué al ensayo bastante cansado y decaído, había hablado hace unas horas con Isabelle y la verdad no me quedaron muchas ganas de hacer algo ese día. Ella era linda y todo pero era muy inexpresiva al momento de demostrar su amor, era como si todo lo diera yo. La cosa es que durante el primer receso del ensayo, llegué y al saludar a Lisandra lo hice un poco desanimado, pero parecía que no le importo, luego llegó Angélica, una amiga de otra división del sistema, y me abrazó enérgicamente, yo trate de mostrarme enérgico también y cuando volteé a ver a Lisandra, ésta se fue bastante furiosa.
—Amor, espera —le dije tratando de alcanzarla— ¿Que pasó? ¿Por qué te fuiste así?
Ella no me contestó, tenía una furia incontenible en su mirada, trató de irse pero yo la tomé de la mano para que no lo hiciera.
—¿Que está pasando? —le volví a preguntar, seguía sin darme respuesta— Liss por favor...
Ella solo se soltó y se adentró en el salón, yo me dirigí al pequeño patio de La Sede, tratando de entender porqué Lisandra se había comportado así, pero no lo logré entender.
Al salir del ensayo, ella se fue rápidamente y yo simplemente la ví irse, acto seguido me fui a mi casa, en cuanto me conecté al internet, me llegó su mensaje:
Lissy: Mira, perdona de verdad pero todo se acaba aquí, no quiero verte de nuevo.
No entendí a que venía eso, le escribí pidiéndole explicaciones pero me bloqueó. Le escribí a Val y al parecer Lisandra tuvo un ataque de celos, pero ya había tomado la decisión.
De cualquier manera sí me dolió un poco, pero no lo suficiente para dejarme decaído. Aunque sí necesitaba contárselo a alguien solo que no sabía en quién confiar, así que por los momentos decidí esperar.
Hasta ahora se que deben pensar que soy una persona horrible pero créanme cuando les digo que al final de toda esta historia no sabrán si odiarme o entenderme. Hice muchas cosas malas, pero nunca quise herir a nadie, solo estaba perdido ya que no sabía lo que sentía.
*
Bueno, unos días después del problema con Lisandra, llegó una chica nueva a mi salón, Ainhoa, era alta, morena, de cabello largo negro y un poco ondulado con ojos marrones chispeantes, labios carnosos y un tanto gruesos, había llegado de España y me había caído bien, me contó sobre su relación con una mexicana y yo le conté de todos estos acontecimientos con Lisandra, Isabelle y Sofía. Ella se limitó a escucharme y a hacerme sentir que no era tan malo, no podía equivocarse más.
Al Coro también habían llegado dos chicas nuevas: Raquel, una amiga de Sofía, de ojos un tanto verdes, cabello corto y liso de un castaño bastante oscuro, no era muy blanca, pero tampoco morena en exceso, tiene varias pecas en la nariz y es de una altura digamos promedio. Y luego estaba Marina, ella era más alta que Raquel, tenía el cabello entre ondulado y liso de un castaño bastante claro, tenía ojos verdes claros, una voz bastante armónica, labios gruesos y tez blanquecina.
A decir verdad, me atrajo en cuanto llegó, pero no lo demostraría. Pasamos unas semanas hablando hasta que una tarde, Sofía me escribió:
Sofía: ¿Te puedo preguntar algo?
Yo: claro, dime
Sofía: ¿Si te diera la oportunidad de que volviéramos, aceptarías?
Yo: Honestamente si, me encantaría
Sofía: Mmm, ¿Y cómo crees que se sentiría Isabelle?En ese momento mi corazón se detuvo y mi mente entró en crisis, «¿¡COMO SE ENTERÓ!?» me pregunté interna y eufóricamente, lo conecté todo después de unos minutos: Ainhoa me había traicionado y le había contado todo a Sofía.
A la semana ya todo el mundo lo sabía, hasta en La Sede hablaron de mí y de lo que hice, y justo se enteró quien menos quería que supiera: Marina
—¿A quien engañaste? —me preguntó ella con la voz ligeramente quebrada— ¿Con quién engañaste a Lisandra, y planeabas engañarme a mí?
Le expliqué la situación pero aún así se enfureció y se fue.
Semanas después, Sofía se sentó junto a mí, y solo me dijo:
—¿Me has mentido en algo más? —preguntó con una voz áspera e indiferente.
—Solo en eso, de resto, he querido serte completamente sincero.
—Pero no lo fuiste, ¿O sí?
Se levantó y regresó a su puesto, yo quedé con un nudo en la garganta y ganas de llorar, pero me aguanté.
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Con O Sin Tí?
RomanceEsteban inició una nueva etapa de su vida: la adolescencia; la cual trajo consigo algunas sorpresas, se enamoró perdidamente de Sofía, una chica de su clase, pero un percance en su historia los obliga a separarse por un tiempo. Gracias al tiempo, se...