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¿Acaso es una buena idea o solo un impulso de idiotez?

Bien, ya habían pasado algunos días desde mi ruptura con Adriana y sinceramente me esperaba cualquier cosa de la vida.

Era lunes y debía ir a La Sede, así que me vestí de manera que yo consideraba casual: me puse unos jeans oscuros, unos zapatos blancos y una camiseta gris, además de mi característico collar de péndulo y mi pulsera naranja con marrón, quien me conocía sabía que esa era mi típica vestimenta casual, lo único que variaba era la camiseta y si acaso me ponía una chaqueta.

El día transcurrió con normalidad, el ensayo iba bien, habíamos cantado varias piezas clásicas de la división, e incluso algunas piezas de Queen, Michael Jackson, El Cuarteto de Nos y hasta de Morat.

Si había algo que Frank y yo amamos más que nada es Morat, aunque a él le afecta un poco ya que se descargó varias canciones de Morat por una chica que no lo merecía. En mi caso, Valentina fue la que me enseñó sobre Morat y gracias a ella mi celular estaba lleno de canciones de ellos.

En ese instante entre tantas canciones se nos ocurrió una bastante hermosa y cautivante, la cual Frank y yo nos sabíamos de memoria:

Para aprender a quererte
Voy a estudiar como se cumplen tus sueños
Voy a leerte siempre muy lentamente
Quiero entenderte
Para enseñarte a extrañarme
Voy a escribirte mi canción más honesta
Darte una vida con más sumas que restas
Si tú me dejas no habrá preguntas
Solo respuestas.

Esa canción era de mis favoritas de Morat, ya que describía perfectamente como una persona quiere aprender a querer a alguien, y las metáforas con el aprendizaje en la canción son excepcionales.

Todo era risas y diversión hasta que de repente, Frank volteó a ver la puerta y quedó pasmado, luego volteó a verme y me dijo:

—Creo que deberías ver hacia la puerta.

Le hice caso y volteé, lo que ví fue algo que no me esperé.

Después de meses sin saber de su existencia, sin saber porqué se había ido o porque no habló con nadie, apareció Lisandra. Quedé completamente petrificado, era como volver a ver un fantasma, pero no como si fuera Casper el fantasma amigable, esto parecía más bien como revivir un trauma.

*

Lisandra entró al salón y se sentó cerca del profesor, cuando me vio pensé que me insultaría o me enseñaría el dedo corazón, sin embargo solo me sonrió, lo que tornó el momento aún más confuso.

—¿Ella no te odiaba? —me preguntó Frank al ver cómo me sonreía.

—Que yo recuerde sí —le dije con la misma incredulidad.

—Entonces, ¿Por qué te sonríe? —preguntó mi amigo mucho más confundido.

—¿Y yo que sé? No es como si le pudiera leer la mente, tarado —le dije con un ligero tono sarcástico.

Al salir del ensayo volví a mi casa y sinceramente me esperaba todo menos lo que en ese momento ocurrió: Lisandra me había desbloqueado y de paso me había escrito.

Lisandra: No sabía que seguías siendo tan guapo y tan idiota.
Yo: Eh?
Lisandra: Sigues siendo igual de imbécil que cuando estábamos juntos.
Yo: Habló la reina del drama.
Lisandra: De qué hablas?
Yo: De cuando me terminaste por un simple arranque de celos.
Lisandra: No te terminé por eso.
Yo: Sí, te creí.
Lisandra: Siempre tienes algo sarcástico que decir, ¿No?
Yo: Y tú siempre tienes una manera de echarle cizaña a la situación.
Lisandra: Nunca me entendiste.
Yo: Tú a mí menos.
Lisandra: ¿Crees que nunca te entendí, que no trate de comprenderte y estar para tí?
Yo: Si así era, ¿Por qué me terminaste?

Me explicó que se sintió insegura muchas veces y que ese arranque fue la gota que derramó el vaso, también dijo que había cambiado y que ya no era la mismo de antes. Yo sólo le respondí con monosílabos hasta que entendí que había cambiado, que era otra persona, le propuse ser amigos a lo cual ella accedió.

Yo:¿Qué fue de tu vida Lissy?
Lissy: Bueno, debido a tanto estrés acumulado, en algún punto estallé y empecé a convulsionar al más mínimo ataque de ansiedad.
Yo: Wow, eso no me lo esperaba...
Lissy: Con terapia y algunos medicamentos me he recuperado de a poco y por eso volví al Coro.

No mentiré, se sentía bien volver a hablar con Lissy, era como arreglar algo que no se debió romper. No me sentía bien para intentar algo de nuevo con ella, sin embargo me gustó recuperar su amistad, era una sensación demasiado agradable, y extraña a la vez.

¿Será que ya lo he sentido antes?

Con O Sin Tí?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora