El mundo pareció llenarse de luz cuando la enfermera que custodiaba la habitación 129 le notificó que podía pasar a ver a su papá, que estaba recién despierto de su siesta.
Al llegar a la sala, la luz tenue de la tarde se filtraba por las cortinas semiabiertas. La figura de su padre, ahora despierto, le dio a la escena un matiz de esperanza. Sin embargo, el ambiente estaba impregnado de una fragilidad palpable. La cama de hospital, las máquinas susurrantes y las miradas preocupadas de los médicos creaban un telón de fondo sombrío para el reencuentro.
Los ojos cansados de HeungMin se encontraron con la mirada de su padre, y en ese instante, las palabras parecieron desvanecerse. La emoción y el alivio se entrelazaron en un nudo en su garganta, y solo pudo asentir ante las palabras de su padre.
"Hijo, ¿Qué haces acá?"
A HeungMin se le escapó una lagrimita que el señor Son no logró descifrar pues pronto se vio envuelto en un abrazo.
"Cómo andás, viejo..."
"Me siento mejor ahora que estoy viéndote", dijo su padre con una sonrisa débil.
HeungMin se separó de su abrazo, su corazón latiendo con fuerza. La conversación fluyó entre ellos, abordando la experiencia del paro cardíaco, la estabilización y las recomendaciones médicas. Cada palabra era pronunciada con cuidado, como si temieran que una expresión demasiado fuerte pudiera deshacer el delicado equilibrio que se estaba restableciendo.
El padre, notando el agotamiento en los ojos de su hijo, sugirió con ternura que descansara. Los lamentos de HeungMin sobre quedarse a su lado fueron respondidos con una comprensión paternal, pero también con la sugerencia de que se cuidara a sí mismo.
La presencia de Lucas en la habitación añadía otra capa de complejidad a la escena. El ambiente se volvía aún más tenso, ya que Hana, la hermana de HeungMin, al ver a Lucas, se volvía distante. La historia pasada entre HeungMin y Lucas flotaba en el aire, como una sombra que amenazaba con oscurecer la frágil tranquilidad.
Cuando su padre, sin conocer la historia completa, pidió a Lucas que se quedara con HeungMin esa noche para no molestar a su hermana y su familia, la tensión se incrementó. Lucas asintió, aunque su mirada reflejaba una mezcla de incomodidad y aceptación. El gesto, aunque simple, resonó con la complejidad de sus relaciones entrelazadas.
Padre e hijo se despidieron, con un muchacho que insistió en venir a visitarlo lo más temprano posible. Lucas y él se retiraron de la sala.
Una vez en el auto de HeungMin la atmósfera era pesada, impregnada de emociones sin resolver y de historias compartidas que habían perdido su curso. El silencio entre ellos se entrelazaba con la sutil tensión, como si las palabras no dichas bailaran en el aire, esperando el momento adecuado para ser liberadas.
El paisaje casi nocturno de Bahía Blanca se deslizaba por las ventanas, las luces intermitentes de la ciudad creaban sombras fugaces en sus rostros. HeungMin, con los ojos fijos en la carretera, sentía el peso de la conversación no dicha, mientras Lucas, a su lado, parecía sumido en sus propios pensamientos.
Después de un rato, HeungMin decidió abordar lo que colgaba en el aire como un velo invisible. "Lucas, en tu casa... ¿No están Romina y Tomás? Porque no quiero molestar, me puedo buscar un motel, o...."
La respuesta de Lucas fue inmediata, y sus palabras se deslizaron en el espacio con cuidado. "No, no vivimos juntos. No estamos juntos, hace un montón. Las cosas no salieron bien, vos sabés." Y claro, porque a Lucas las mujeres no le movían ni un pelo, y sin embargo eso no lo privó de tener un hijo con una. "Nos vemos seguido, por Tomi. Yo no estoy con ella, pero amo a mi hijo. Me la tengo que bancar."
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ANDRÓMEDA: cutison
FanficHeungMin ha estudiado letras, y aún así, muchas veces no sabe qué decir.