Primera misión (2/2)

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Areu se percató de los cuchillos que se abalanzaban hacia él, pero esta vez su corazón se aceleró al ver que estaban dirigidos hacia la cabeza de Acha

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Areu se percató de los cuchillos que se abalanzaban hacia él, pero esta vez su corazón se aceleró al ver que estaban dirigidos hacia la cabeza de Acha. La urgencia y el miedo se apoderaron de él mientras se preparaba para actuar rápidamente y proteger a su compañera.

—No quería recurrir a uno de mis ataques mas fuertes, ¡pero esto debe acabar aquí y ahora! —Se interpuso entre los cuchillos, haciéndolos polvos al instantes con una esfera rodeada de un aura rojiza, con el poder de destruir una ciudad.

—¡Areu basta! Déjame hablar con él. —Cruzó sus manos e intentó detenerlo.

—¿Estás loca? ¿No te das cuenta de lo cerca que estuviste de morir? —exclamó con tono alterado, reflejando claramente su preocupación por su seguridad.

Areu no recibió una respuesta. Sólo se acercó lentamente hacia Aizu y se arrodilló ante él.

—Aizu, mírame. Escúchame, soy Acha.

—No soy aquel niño que conociste hace cinco años. El tiempo y las circunstancias me han cambiado profundamente. Me he perdido completamente en la oscuridad y te pido que no piedras tu tiempo tratando de traerme de vuelta...

—Aizu... Déjame ayudarte... Te lo suplico...

—Acéptalo Acha, todos cambiamos, crecemos y nos volvemos fuerte. ¿O pretendes que siga siendo aquel niño asustado al cual lo atormentaban todos los días en el instituto? ¡No! ¡Por eso me he esforzado, me he sacrificado, y he perdido todo por seguir de pie! y... Mantenerme firme...

—Sí, lo entiendo perfectamente, pero en el fondo ambos sabemos que no eres realmente tú... Deja de luchar en contra, y únete a nosotros. —Miró específicamente sus ojos y no logró ver nada de humanidad dentro de ellos, es como si ya no existiera un alma humana.

—¡Ya te he dicho que no soy el mismo! —Le volvió a recalcar, esta vez, con un tono más alto y agresivo.

Areu apretó su mandíbula con frustración y sutilmente bajó su mano hacia el arma.

—Acha, apártate de él, ¡no volveré a repetírtelo! —le gritó, tocando el hombro de Acha en un intento por levantarla, mientras apuntaba con su arma hacia Aizu.

—Si le disparas, me disparas a mí también. —Se levantó y se interpuso en su camino, agarrando el alma y colocándola en su pecho.

—¡Acha te estoy diciendo que te quites! —Le volvió a gritar, con el dedo en el gatillo.

—¡Y yo te digo que me dejes hablar con él! —Se acercó más y lo miró fijamente a los ojos. —Areu... Sólo déjame hablar con él unos minutos, ¿tanto te cuesta?

Ramiro se percató de la situación y se puso de lado de Acha, quitándole el alma a Areu.

—Sólo déjala hablar... Él no puede moverse, tranquilízate y no seas tan paranoico. —Colocó la mano en su hombro, haciendo que mantenga la calma.

La agencia de policías ©️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora