Capítulo II - Un extraño encuentro

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Al día siguiente, Shadee volvió a su lujoso palacio, buscando a su padre el emperador Asión, quien poco interés mostraba ante la desaparición de su hijo Hefres. Shadee irrumpió en la sala del trono deseando hablar con su progenitor y asi ir en búsqueda de su hermano:

-Padre mío, lamento interrumpirle, pero la noche anterior mi hermano Hefres fue raptado por una monstruosa creatura que usa tus estanques como portales, debemos ponerle fin a su reino del terror y recuperar la libertad de mi hermano.

El emperador Asión escuchó las palabras de Shadee, sin embargo, este se levantó de su gigantesco trono, solo para arremeter contra Shadee, un fuerte estruendo se presentó en el amplio salón, un golpe contra la mejilla de Shadee fue la causante de tal retumbar:

-¿Acaso dejaste que esa creatura se llevara a tu hermano?-preguntó el enfurecido emperador.

-Padre, hice todo lo que estaba en mi voluntad, aquella bestia me hizo entrar en una especie de sueño que me impidió darle caza.

Un segundo retumbar se hizo presente por parte del emperador. Las mejillas de Shadee ahora lucían rojas como quemaduras creadas por el mismo sol, pero Shadee no se inmutó ante tales golpes:

-Esas son excusas Shadee, por esa misma razón no te confíe la misión de ir por tu hermano Bruno, porque no eres lo suficientemente fuerte como para salvar a un inútil como Hefres, asi que ahora arrodillate ante mí, que soy tu padre y emperador y pide perdón por tu falta de fuerza y voluntad.

Shadee bajo la mirada aceptando una culpa que no le correspondía. Sus rodillas obedecieron a su padre y chocaron contra el suelo, Shadee colocó ambas manos en dirección hacia su padre, dejando que este último pisara las pisara. De inmediato, comenzaron a sangrar nuevamente, pues no olvidemos que sus nudillos estaban destrozados por la pelea con su hermano. Este gesto, en el imperio de Elmur demostraba debilidad para quien dejase pisar ambas manos, era la mayor humillación para un guerrero, puesto que las manos son un símbolo de fuerza y voluntad:

-Disculpame padre, por ser tan débil-dijo Shadee mientras sus manos eran cruelmente aplastadas por su padre.

-Ahora vete de mi vista Shadee, me has decepcionado una vez más.

La humillada joven se levantó lentamente dejando a su padre con su lujoso trono. Los guardias que se encontraban expectantes no pudieron evitar sentir verguenza y lástima por Shadee al ver sus manos sangrantes. A pesar de tal humillación, Shadee no sentía remordimiento alguno por su progenitor, puesto que ella siempre fue educada de esa manera. Desde que su madre murió por otorgarle vida a ella, su padre comenzó a educarlos de la manera más fría posible, puesto que decía que su amada había muerto por debilidad. Es por ello que la joven guerrera no recuerda ninguna muestra de cariño por parte de su progenitor, tan solo de su querido hermano Bruno y de aquella esclava de nombre Scalice.

Shadee se aproximó nuevamente a sus aposentos, con el fin de curar las heridas de sus manos, con un par de bendas cubrió sus manos, para posteriormente prepararse para una expedición:

-Si mi padre no va a ayudarme, tendré que hacerlo yo sola-decía Shadee mientras mojaba ambas manos con vino y algunas hierbas medicinales,-mi madre no engendró a una cobarde, y mi padre no crió a una debilucha. . . Hefres, no se donde estes, no sé como, ni cuando, pero te encontraré para interrogarte y si es necesario, matarte con mis propias manos, a ti y a esa bestia.

Shadee estaba decidida, no retrocedería a su misión, por lo que esa noche no durmió en absoluto, en su lugar, fue a la gran biblioteca que se encontraba en los sótanos de su palacio. Tratando de encontrar registro alguno de aquella bestia que vió, creaturas mitológicas o información acerca de lo que su padre negaba, la mágia. Con antorcha en mano, se adentró a las oscuras bibliotecas de Elmur. Entre tantos escritos robados de anteriores conquistas y escritos de su amplia historia como imperio, encontró varios libros sobre lo que buscaba:

Shadee y la Leyenda del KelpieeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora