Capítulo XII - La recta final

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-¡¡NO LO ESCUCHES SHADEE ÉL ESTA TRATANDO DE ENTRAR A TU MENTE!!-gritó Lakart al ver que Shadee se quedó mirando un punto muerto, a la vez que caía lentamente sobre la nieve.

-Parece que no le enseñaste lo necesario a tu aprendiz-dijo Érbor al materializarse a un lado de Shadee, quien la miraba fijamente-parece una pequeña niña envuelta en un hermoso sueño, ¿No lo crees?.

-Ella no tiene nada que ver en esto, esta es una pelea entre tú y yo-dijo Lakart invocando nuevamente sus garras de Ikar.

La gélida brisa ondeaba el cabello de Lakart al ver que el despiadado Érbor le dirigía una gran sonrisa.

-Claro que esta también es su pelea, su hermano ofreció su vida y la de su hermano a cambio de la fuerza de cien hombres.

-Cien hombres. . .por esa razón es que pudo hacerme frente. . .-dijo Lakart en voz baja, reflexionando acerca de la pelea que tuvo con Hefres-¿Y porqué querrías la vida de dos mortales?.

-No solo es su vida, sino que me podían ser de utilidad a futuro, como el traer de vuelta a algunos amigos, pero jamás creí que mi marioneta fuera tan inútil. ¿Acaso no reconoces la garra que llevas en el cuello?

Lakart quien había reconocido la garra enseguida, sonrió de una manera burlona diciendo:

-Ja, parece ser que nada te esta saliendo como lo deseas, mandar a un simple humano ¿Para, tratar de asesinarme?, creo que ha sido la jugada más estúpida que pudiste haber hecho. Pobre Shadee, se derrumbara cuando descubra que se ha convertido en la asesina de su propia sangre. Bueno, supongo que tendré que tendré que ponerte un fin yo misma-Lakart de pronto se puso en guardia, esperando el siguiente ataque de Érbor.

-Ahhh, no has cambiado nada Lakart, aún puedo ver esas mismas agallas que ví antes de ser encerrado en ese maldito estanque.

Érbor tomó un gran impulso embistiendo a Lakart con bastante fuerza, sin embargo, la goblin prediciendo su ataque, también embistió a Érbor, interceptando su carga con su antebrazo derecho, creando una gran onda de choque a su alrededor.

-Y así como aquella vez-agregó Lakart con la firmeza de un comandante frío y cruel-te volveré a encerrar en ese estanque las veces que sean necesarias, no permitiré que te apoderes de este mundo otra vez.

Érbor y Lakart dieron un salto hacia atras para continuar con el combate. Una ráfaga de golpes y zarpazos se hizo presente, Érbor golpeaba con una fuerza descomunal, a la vez que se cubría de los zarpazos y golpes de la goblin; por otro lado, Lakart bloqueaba sus golpes con firmeza, y sin retroceder, respondía a sus ofensivas con el doble de fuerza que Érbor.

Lakart soltó una patada hacia arriba desviando el brazo izquierdo de Érbor, dejando al descubierto sus costillas y abdomen; girando en el aíre cargó una poderosa patada que conectó contra su estómago haciéndolo retroceder. Érbor escupió un poco de sangre manchando la fría nieve ante la monstruosa fuerza que Lakart demostraba, por lo que, se colocó en una rodilla tratando de recuperar fuerzas:

-Bien, supongo que esto será sencillo-dijo Lakart a la vez que levantaba ligeramente su mano derecha, y como si tratara de cerrar su mano, hizo crujir sus dedos, causando que de la tierra, saltara una gran roca cubierta de hielo, para después lanzarla en dirección a Érbor con una patada.

El ataque de Lakart fue interceptado por la mano de Érbor, destruyéndola ante el impacto, y con una sonrisa burlona Érbor dijo:

-¿Acaso, piensas ganarme a pedradas?, que patética te has vuelto La. . .-Érbor fue interrumpido al ver que los escombros flotaban en el aíre, convirtiéndose en afiladas estacas de roca que ahora se incrustaban en su cuerpo.

Shadee y la Leyenda del KelpieeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora