Shadee finalmente se levantó y agradeció la hermosa canción entonada por la bella mesera, quien terminó por quitarse el pendiente de la oreja izquierda antes de desaparecer de la escena. Shadee se levantó de su asiento sin más, y bebiendo por completo el líquido de su tarro se dirigió a la salida, no sin antes quitar el letrero que aquel forastero había colocado. Saliendo del lugar sin nada más que decir, sin cruzar mirada con nadie y sin mirar atras. Aquel cartel que había colocado ese soldado de Elmur rezaba:
Al parecer su padre, el emperador Asión ofrecía una jugosa recompensa por llevarla cautiva o a cualquiera que ofrezca información sobre su paradero:-¿Ahora le preocupo?. . . Si claro. . .-dijo Shadee en voz baja a la vez que guardaba el cartel en sus pesadas ropas.
El viento gélido azotaba a la firme silueta de Shadee quien ahora se había adueñado de un bote de remos atravesando el amplio lago que la separaba de una inmensa montaña de nieve y cadáveres. A lo lejos, la taberna veía como se alejaba lentamente. Shadee mientras remaba solía cantar unos suaves versos que, a palabras de su hermano Bruno, su madre solía cantarle a él y a Hefres:
"Mi madre dijo,
Algún día compraré
Botes y remos
Y a la distancia iremos,
Sube a la proa
Un noble barco verás,
Con el curso hacía el cielo,
Con miles de enemigos
Miles de enemigos."Su viaje fue ameno y tranquilo hasta llegar a la orilla de la imponente montaña, enormes pinos se erguían ante Shadee, habitados por creaturas de lo más hostiles, siendo entre ellos los Blufolls los más inofensivos. Nuevamente al llegar, comenzó a caminar en línea recta abriéndose paso entre la espesa fauna y la cruel nieve que sepultaba cientos de cadáveres de hombres y animales. Su viaje que al principio parecía un paseo por los jardines de su palacio, hasta que comenzó a ser repetitivo, los graznidos de los Yarkies, que habitaban los árboles se transformaban en el amargo canto de la muerte. A lo lejos podía ver una manada de Blufolls buscando que comer, mientras Shadee avanzaba sin mirar atrás. Una pequeña tormenta de nieve descendía de la enorme montaña, sin embargo, Shadee no se inmutó por ningún motivo. Como si por obra de los dioses hubiera sido, una pequeña cabaña se asomaba en su campo de visión, parecía ser una de esas llamadas "Posadas para viajeros", el lugar no era pequeño en absoluto, contaba con cientos de habitaciones e incluso con un establo, por lo que alojarse en aquel lugar indicaba que sería bastante costoso. El dinero nunca le llegó a importar a Shadee, por lo que decidida caminó hacia la posada:
-¡Creo que ha sido suficiente por hoy!-exclamó Shadee antes de golpear la puerta del imponente recinto:
Su llamado fue atendió por un hombre de unos treinta años de edad, bastante alto llegando a medir un metro con noventa centímetros, vestido con una especie de abrigo largo color negro que hacia juego con sus largos cabellos del mismo color, una bufanda roja rodeaba su cuello protegiéndolo del frío invernal que azotaba la desolada posada, pero lo más destacable de su aspecto, era un par de espejuelos que ayudaban a agudizar su vista, haciéndolo ver como un hombre sabio, frío y calculador:
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Shadee y la Leyenda del Kelpiee
FantasyTras la expedición de Shadee a las montañas del noreste de Elmur, y el asesinato del dragón elemental, Shadee descubre el poder de la garra de dicha bestia, sin embargo, su hermano mayor Hefres descubre que Shadee no murió en la expedición, y para s...