Capítulo 14: El fin y una triste despedida

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--La tormenta de arena está en todas partes. No puedo ver nada.

--Bien, al parecer ganaremos esta batalla.

--Sin embargo, la mayoría de nosotros han salido del castillo.

--Es porque les prometieron una recompensa si capturaban al Caballero de Bronce.

--Todos ellos son unos ambiciosos. ¡Qué mala suerte que tengamos que hacer guardia en un momento como este!

Una flecha fue disparada a los que vigilaban la entrada.

--Oye, ¿Qué te pasa?

Las siluetas entre la ventisca de polvo estaban acercándose.

--¿El enemigo? ¿De dónde diablos salieron? ¡Ahg!... – el dardo fue disparado en su garganta.

El responsable, era nada más y nada menos que el Caballero de Bronce, se había escabullido en el área mientras Suletta y Shaddiq distraían a los demás. Su siguiente objetivo era tomar el castillo. Y para ello, Elan reunió la cantidad necesaria de soldados.

Elan: ¡A la carga! ¡Primera formación bloquee las puertas del castillo!

--¡Si!

Elan: ¡El resto de ustedes, lleven a cabo la operación! ¡Rápido, no hay tiempo que perder!

En las troneras del castillo, una persona en particular vio al que dirigía el grupo.

--¿Ese es?...

(...)

Ahora los caballeros de Asticassia, tenían la ventaja de atacar a los pocos enemigos que se encontraban.

--¡Vayan por la derecha! ¡Ataquen! ¡Cubran la puerta y los muros del castillo!

En fila comenzaron a subir las escaleras, pero quienes iban primero perecieron en combate. Cuando Elan corrió en ayudarlos, un contrincante se mostró ante él, bloqueando el paso.

--Caballero de Bronce. No voy a permitir que escapes. – sacando su espada.

Elan: Arreglemos esto de una vez. – tomando su hoja y escudo.

--¡Todos al frente! – salieron unos cuantos caballeros del escondite.

¡No permitan que ninguno de ellos se escape con vida! ¡Aniquílenlos! ¡Vamos! 

Elan: ¡Tch! Esto no pinta bien.

(...)

Por otra parte, una fuerte batalla se desataba con Suletta y Shaddiq. Varios contrincantes peleaban cara a cara. El sonido del metal chocando, daba fin con la sangre derramada. Asimismo, millones de cuerpos en el suelo como los gritos de la multitud. Y el polvo, solo lo hacía más complicado... A su vez, Shaddiq combatía sin mucho esfuerzo, a pesar de estar rodeado.

Mientras tanto...

--¿Por qué se tardan tanto? He esperado mucho tiempo al Caballero de Bronce.

--¡Gobernador, le tengo un mensaje! ¡Un soldado de gran fuerza está bloqueando nuestro camino! Nuestros soldados no pueden acercarse por culpa de él...

--¡Son unos inútiles!, ¡¿Quién es ese entrometido?! – conteniendo su furia.

Suletta cortaba diestra y siniestra cada uno de los adversarios.

--¿Qué clase de persona es?

--¿Acaso aquí no hay nadie que sea capaz de detenerlo?

--¡Ahhhhhhhg!... – nuestra protagonista intentaba recuperar energías, tras acabar con los competidores.

𝐄𝐥 𝐂𝐚𝐛𝐚𝐥𝐥𝐞𝐫𝐨 𝐑𝐨𝐣𝐨 𝐲 𝐋𝐚 𝐏𝐫𝐢𝐧𝐜𝐞𝐬𝐚 - 𝐒𝐮𝐥𝐞𝐌𝐢𝐨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora