Una lluvia constante cayó sobre la ciudad de Londres por los cuatro días siguientes y no hubo más oportunidades para caminatas en el parque. Hermione estaba decepcionada por el fiasco del Dr. Weasley para ir a verlas el día siguiente al encuentro inicial, su madre le había insinuado ese día que ellas iban a volver a la misma hora la tarde siguiente.
—Quizás hubo alguna emergencia en el hospital —le había dicho Hermione mientras volvían a montarse en la calesa, luego de haber pasado dos horas completas dando vueltas de un lado a otro en los caminos.
Jean le restó importancia, pero Hermione estaba muy decepcionada.
Pocas horas antes de la cena, hizo que le trajeran la bañera de cobre a la habitación y se deslizó en un baño caliente. Mientras la criada le enjuagaba y lavaba el cabello, se continuaba preguntando qué era lo que Arthur estaba pensando y sintiendo. Quizás había decidido, de una vez por todas, que su tiempo ya había pasado y sólo necesitó ver a Jean una vez para confirmarlo. Tenía fé de que ese no fuese el caso y al mismo tiempo, se preguntaba qué era lo que su madre quería realmente. Jean no era comunicativa acerca de sus sentimientos hacia el Dr. Weasley. Nunca había ni una vez admitido seguir amándolo. "Sólo somos amigos, nada más" insistía siempre que Hermione abordaba el tema.
Y entonces, estaban los problemas de Hermione con el amor...
No, se recordó a sí misma, no era amor. Era lujuria lo que había tenido a su cuerpo tambaleando y a su mente en un bullicio mientras se echaba en el baño caliente, respirando la fragancia exótica de los aceites de baño con esencia a naranja.
¿Cómo podía evitar sentirse excitada por la sensación del agua envolviéndole los senos desnudos, mientras el fuego chasqueaba ruidosamente en su corazón?
¿Qué estaba haciendo Mr. Malfoy en este momento? Se preguntaba mientras cerraba los ojos y posaba la cabeza en el redondeado borde de la bañera. ¿Estaba pensando en ella y anhelando por otra oportunidad de hacer el amor?
Su cuerpo no había sido el mismo desde esa última noche de pasión y le tomó mucha fuerza de voluntad el resistir la urgencia de lanzarse a su casa e implorarle acostarse con ella. Si sólo pudiese ser así de simple, pero no quería volverse patética. Ella era una madura, inteligente y racional dama que había vivido sin un hombre durante toda su vida. No lo necesitaba y no quería degradarse a sí misma persiguiéndolo como un cachorrito enamorado.
¿Pero estaría él pensando en ella como ella pensaba en él? Se preguntó a sí misma y se lo imaginó mientras cerraba los ojos, se deslizaba los dedos sobre el pecho, los bajaba más en el agua y...
***
—Oh. Te llegó una carta mientras estabas en el baño —dijo Jean distraídamente cuando Hermione entró a la sala de estar poco antes de la cena. —Le dije al sirviente que la dejara conmigo —la tendió.
—¿De quién es? —preguntó Hermione mientras estiraba el brazo para agarrarla.
—No dice.
Hermione se giró a su madre y cruzó hacia la chimenea para romper el sello de cera. Abrió la carta y leyó las palabras:
Esta noche. El mismo lugar. D.
Una sensación caliente le explotó en el interior del vientre y rápidamente cerró la carta y la tiró al fuego.
—¿De qué se trataba? —preguntó Jean.
—Sólo una nota de mi editor —respondió. —Evidentemente, enviaron otro embarque de mis libros a Francia.
Era una mentira desvergonzada, pero era una muy talentosa tejedora de ficciones, de ahí su éxito literario.
—Esas son buenas noticias —dijo Jean.
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Seducido en el ocaso - ADAPTACIÓN DRAMIONE
Ficção HistóricaAlgunas veces, quien busca pareja para otros encuentra su propio amor... Lady Hermione Granger ha renunciado desde hace tiempo a sus sueños de felices por siempre. Años atrás, un trágico accidente cobró la vida de su amado prometido, pero de alguna...