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Fueron muchas las veces que había oído lo del contacto cero.

Creía que era algo que yo nunca iba a poner en práctica.

Pero después de esos diez meses en que me alejé y vos te alejaste de mí lo entendí.

Tuvimos el contacto cero.

Vos tu vida y yo la mía tal y como se debía.

Antes te veía caminar en la calle como si fueras uno más.

Un chico más.

Un desconocido del cual todo sabía.

Sabía su nombre y hasta donde vivía.

Conocía a su familia y hasta las mascotas que tenía.

En fin, se suponía que era el desconocido que tanto conocía o suponía conocer.

Pero el tiempo pasa y las cosas cambian de tal manera que era imposible saber si todo seguía tal y como yo creía.

Dije que ya no te odiaba pero la cosa cambia.

De un segundo al otro volví a odiarte.

Y seguiré diciendo lo mismo:

No entiendo a los hombres.

¿Por qué creer que pueden ilusionarme para después huir como cobardes?

Supongo que seguiré sin entender.

KAVITĀ © #1 [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora