LXXIX

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En el rincón sombrío de mi corazón, resuena la voz del desalmado dolor, el tiempo se desliza, desperdiciado y vano, mientras el cansancio se cierne como un manto.

El desgaste de los días deja su huella, y el desaliento parece ser mi estrella, pero en lo más profundo de esta penumbra, late un destello que el dolor no derrumba.

Aunque el tiempo parezca haberse detenido, aún palpita la esperanza en este latido, cada suspiro es un paso hacia la luz, una oportunidad para sanar esta cruz.

Entonces, con valentía enfrento al desaliento, y libero a mi corazón del pesado lamento, recobro el tiempo que creí desperdiciado, y renazco del cansancio, ahora superado.

KAVITĀ © #1 [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora