LXXXII

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En la vastedad del tiempo y el espacio, se pierden las huellas de un amor fugaz, la melancolía se cierne con su abrazo, ante la inevitable pérdida que nos trae paz.

La pérdida nos sumerge en un mar de dolor, donde los recuerdos se entrelazan con el llanto, buscamos en vano alguna señal de su resplandor, pero solo encontramos el eco de su canto.

En la pérdida hallamos un vacío profundo, un hueco en el alma que clama por sanar, pero también descubrimos que en este mundo, el amor perdura, sin importar el azar.

Así, en la pérdida encontramos la fortaleza, para seguir adelante, para volver a amar, porque en cada despedida, late con firmeza, la promesa de un nuevo amanecer, de un nuevo comenzar.

KAVITĀ © #1 [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora