Vivir a tu lado [IneffableHusbands] [GoodOmens] {AziraCrow}

Capítulo 1 - Mudanza [Parte 1]

Tras conseguir salvar al mundo evitando que el anticristo siguiera el destino para el que fue creado, un gran sentimiento de liberación inundó el aire. Quien diría que un ángel y un demonio unidos, consiguieron salvar ese mundo al que tanto cariño le habían cogido, ese mundo donde se forjó lentamente su amistad, donde habían pasado por tanto juntos.
Esto sin embargo, causó que fueran vistos como traidores por sus respectivos lados, con lo que ahora solo se tenían a ellos.

Por suerte, Aziraphale pudo conservar su librería y vivienda que tanto apreciaba, pero el demonio por desgracia se quedó sin su piso al ser ocupado ahora por Shax, la nueva encargada de propagar el mal en la Tierra. Crowley estuvo viviendo en su coche desde entonces, hasta que un día en la librería de Aziraphale...

- Ángel, ¿te importa si traigo algunas de mis plantas aquí?, es que no me caben todas en el coche y están empezando a crecer de más. - dijo Crowley con preocupación.

- Claro querido, pero no crees que te estas pasando un poco como para haber comprado más plantas de las que te caben en tu piso, se que te gustan pero hay un límite para todo - dijo Aziraphalel mientras buscaba con los ojos sitios donde las plantas puedan colocarse de una forma que favorezca la habitación.

- No he comprado más plantas, son las que ya tenía...

- Y.. ¿por qué ya no te caben en tu piso? ¿tanto han crecido?

- Es que... buenoo.. digamos que.. emm Shax vive ahora en el piso, y yo.. en mi coche... - dijo Crowley con vergüenza y miedo a la reacción de su ángel.

- ¡¿QUÉ?! ¡¿QUÉEE?! ¿Cuánto llevas viviendo en el bentley?

- Un tiempo después de salvar el mundo.. más o menos... - expresó Crowley aún más avergonzado mirando hacia otro lado.

- Y no se te ocurrió decirme, sabes que tengo mucho espacio aquí y una habitación extra. ¡Crowley! Debes de tener la espalda fatal - dijo Aziraphale con preocupación por su amigo y algo enfadado pues su amigo le había estado ocultando eso.

- No quería ser una molestia, además no se está tan mal...

- Querido, no molestas, vivir en un coche no es sano.. y estás loco si piensas que dejaré que un amigo siga viviendo en esas condiciones, trae tus cosas aquí, te mudas ¡YA!

- Gracias.. - Crowley se sonrojó al oír como su ángel le llamaba amigo por primera vez. Nunca antes Aziraphale había admitido la amistad que había entre estos dos, pero con el enfado, lo soltó sin más.

Crowley no tardó mucho en llevar todas sus cosas del coche hasta la librería, sobre todo porque contaba con la ayuda de Aziraphale. Tenía más plantas que cosas personales, lo cual sorprendió bastante al ángel. Consiguieron colocar todas las plantas de una manera que favorecía a la librería. Crowley subió sus cosas a la planta de arriba donde Aziraphale le indicó cuál iba a ser su habitación. Se adaptó sin problemas, era una habitación ni muy estrecha ni muy grande, las paredes eran de un color azul muy parecido al de los ojos del ángel, no habían ventanas, lo cual le gustó al demonio que detestaba la luz solar.

- Te dejo solo para que puedas adaptarte - dijo Aziraphale mientras salía de la habitación y cerraba la puerta para que el demonio tuviera privacidad.

- ¡Gracias! - repitió el demonio que se sentía fuera de lugar.

Se sentó en la cama de sábanas color beige y suspiró. No se creía que Aziraphale lo dejara quedarse con él, ya que siempre sintió que el ángel no confiaba en compartir techo con un demonio, pero parece que por primera vez, la amistad reinó sobre la perspectiva. Tras colocar las pocas cosas que tenía, salió de la habitación y se dió cuenta de que enfrente de la suya había otra habitación, "será la de ángel" pensó. Quiso entrar pero tenía miedo de que eso causara un problema, solo miró por encima con curiosidad, ya que la puerta estaba abierta y la luz de la ventana iluminaba la habitación a la perfección. Notó que el ángel tampoco tenía tantos objetos personales en la habitación, las paredes eran de un amarillo muy parecido al de los ojos de Crowley, eso le sorprendió. La cama de sábanas blancas y grises, a un lado una mesita de noche que tenía dos libros y un reloj de bolsillo que había pertenecido anteriormente a Crowley y que fue un regalo de este al ángel tras ayudarle a conseguir agua bendita en 1967; y al otro lado de la cama una mecedora al lado de la ventana, perfecta para la lectura.