Capítulo 3 - ¿Renunciarías al placer para no hacerme daño?

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Aziraphale decidió no reprimirse más, se dió cuenta que solo le causaba angustia. Desde aquella realización, todas las mañanas estaban llenas de alegrías, daban sus paseos por el parque de la mano, se cuidaban mutuamente, todo les salía tan natural ya que siempre se habían preocupado por el otro. Aunque aún no habían definido lo que eran ya que ninguno encontraba el momento de preguntarlo.
Y Crowley seguía siendo muy cuidadoso de controlar sus impulsos hacia el ángel, aún era demasiado ingenuo y no quería presionarlo en ese ámbitos. Aunque su sangre hervía cada vez que alguno de esos besos pasaba de tierno a fogoso, y cada vez le costaba más controlarse.

Un día, entre bromas y jugueteo, y un par de copas de más, varios besos cortos pasaron a ser uno largo y de ahí prosiguió la lengua, estaban en el sofá y para no hacer nada indebido Crowley se separó un poco y dijo - Hora de ir a dormir ángel, venga - intenta animarlo para subir a descansar.
Sin embargo, Aziraphale no quería irse aún y reprochó que Crowley detuviera el beso, se acercó al demonio y quiso continuar como si nada, Crowley se alejó - Venga ángel, que ya es tarde - pero esto no frenó a Aziraphale, no supo que se le pasó por la cabeza pero pensó que sentarse encima del demonio, enfrente de él, lo ayudaría a retenerlo un poco más, puso sus brazos rodeando el cuello del demonio y movió su cadera hacia delante para acercarse más a él, causando una fricción que no le disgustó, y continuó con el beso. Crowley ya casi sin fuerzas, agarró de la cintura a su ángel - Estás jugando con fuego ángel - dijo, su voz era seductora, lo que intensificó las ganas de Aziraphale de seguir el beso, a lo que Crowley agarrando bien al ángel, empezó a hacerlo mover sus caderas, causando más fricciones como la anterior, esto no disgustó al ángel, es más, le gustaba la sensación, los movimientos iban cada vez más rápidos, en el beso tanto de Crowley como de Aziraphale salían ruidos de satisfacción, hasta que de repente notó algo duro y se detuvo - ¿Estás..? - preguntó Aziraphale tímidamente.

- Estoy igual que tú ángel - dijo el demonio mirando el pantalón de Aziraphale, este se sonrojó - te advertí - rió el demonio pícaramente - y la verdad... creo que.. ya no puedo más.. - suspiró, acercando más el cuerpo de su ángel.

- No puedes más con.. - la frase del ángel fue cortada por un beso del demonio.

Crowley empezó a desabrochar la camisa del Aziraphale, le besó el cuello y fue bajando hacia la clavícula, le dejaba pequeñas marcas. Le quitó la camisa a Aziraphale - eres hermoso - dijo casi sin respiración al observar el cuerpo de su amado, empezó a besarle el pecho, Aziraphale arqueó la espalda ante la sensación de los labios de Crowley en su cuerpo. Sus labios eran tan cálidos, cada beso que Crowley le regalaba a Aziraphale era como una pequeña llama que aumentaba cada vez más el calor que llenaba su cuerpo en estas situaciones, un calor que quería ser saciado pero algo en él no se lo permitía.
De repente y sin explicación alguna, Crowley paró, a pesar de las increíblemente fuertes ganas que tenía de hacer suyo al ángel, notaba como Aziraphale temblaba, y un pensamiento que pasó muy repentinamente le cambió la perspectiva por completo. Crowley no quería que la primera vez en la que ambos iban a fundir sus cuerpos, fuera con Aziraphale borracho y en una noche cualquiera, sin nada especial o romántico, no lo sentía como algo correcto, odiaba esa idea. Miró a Aziraphale a los ojos, su ángel estaba respirando agitadamente y parecía asustado. Cogió al ángel por la cadera, lo subió en sus brazos y lo llevó a su cuarto. Se quedó a dormir con él en la cama porque el Aziraphale borracho siempre lo pedía con ojitos de cachorro a los que Crowley nunca podía decir que no.

A la mañana siguiente, Aziraphale vió que estaba abrazado a Crowley, eso no le disgustó ya que Crowley ya le había comentado que cuando este bebía solicitaba siempre la compañía del demonio para dormir, pero se alteró un poco cuando vió que su camisa estaba completamente desabrochada.

- Cro.. Crowley - dijo nervioso.

- ¿Si ángel? - despertó el demonio con voz ronca.

- ¿Acaso.. hemos hecho..? - no quería decir las palabras que tanto temía.

- No, ángel, te detuve a tiempo, no pasó nada malo - dijo el demonio entre suspiros.

- Oh.. vale - dijo ya más aliviado.

Durante el desayuno, Crowley le explicó lo sucedido a Aziraphale con todo detalle, se dió cuenta que no merecía la pena mentir a su ángel. Aziraphale no se podía creer que hubiera hecho eso, pero el alcohol no siempre hace bien ¿o sí?

Al terminar e ir recogiendo los platos, Aziraphale, al ver que en algún punto, se repetiría o pasaría algo parecido a lo que sucedió hacía semanas en su sofá, esa especie de placer que el demonio le concedió con su boca, no pudo evitar llevarse por su curiosidad, y acabó preguntando algo que le llevaba rondando la cabeza desde que se lo oyó decir a Crowley - Querido tu.. aquella vez.. - se le pasó toda la escena a su mente y le dió un escalofrío que le erizó la piel - me dijiste que "si pero no" que "era algo considerado acto sexual, pero no era sexo" ¿a qué te referías?

- Veras ángel - Crowley se paró bien a pensar cómo le iba a explicar a su ingenuo amigo lo siguiente - en lo que concierne al sexo, hay muchas formas de hacerlo.

- ¿Cuántos tipos hay? - preguntó el ángel sorprendido, él solo había visto lo de Adán y Eva, desde entonces, no comprendía lo que los humanos hacían actualmente para.. bueno.. eso.

- Pues cientos, por no decirte miles. Pero los más comunes se centran en dar placer con las manos, con la boca - hizo un muy pequeña pausa para ver a su ángel a los ojos, ambos estaban recordando lo de la última vez - y.. bueno... entregandose con todo el cuerpo.

- ¿Y cuál... cuál es la que más placer proporciona? - preguntó el ángel algo tímido pero todavía curioso y sin creer que de él salieran esas preguntas.

- Pues.. más o menos lo he dicho en orden de placer, de menos a más placer.

- Entonces.. ¿la que más se disfruta es la de los.. cuerpos?

- Si - dijo en bajo el demonio - pero.. eso es...- suspiró - ..entregarse es algo especial que se hace con la persona indicada... y yo.. te lo puedo dar, pero.. es algo muy íntimo, y no creo que estés preparado para tan gran paso. - avergonzado, se decidió a admitir - Anoche yo.. estuve a punto de hacerlo pero.. no quise que pasaras por eso como si nada.. quiero que sea especial y bonito para ti - agarró de las manos a Aziraphale - y aunque las ganas me puedan, yo..

Aziraphale se sonrojo al oír a Crowley confesar todo eso ¿se preocupaba tanto por él que rechazó el placer más puro para no hacerle daño?
- Gracias - volvió a exclamar el ángel, ahora más tranquilo al comprender que Crowley no era tan malo como aparentaba ser.
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Este es un capítulo cortito por eso lo publiqué hoy también junto al segundo. Como avanzan las cosas. Espero que les vaya gustando como avanzan las cosas, y sean pacientes, Aziraphale todavía es muy puro e inocente para ir a esos extremos tan pronto. Disfrutemos del amor jeje

Vivir a tu lado [IneffableHusbands] [GoodOmens] {AziraCrow}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora