O26

2.2K 229 15
                                    

— ¿Por qué me miras así? — preguntó el menor, sintiéndose intimidado

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

— ¿Por qué me miras así? — preguntó el menor, sintiéndose intimidado.

Ya habían vuelto del hospital hace unos minutos. TaeHyung estaba sentado en el sofá, y frente a él su alfa, quien no dejaba de observarlo con una mirada que no podía descifrar.

JungKook pareció salir de su ensoñación.

— No te he mirado de ninguna forma extraña.

Mentira. Sabía que parecía un completo pervertido observando a TaeHyung de esa manera.

¡Su mente le estaba jugando malas pasadas!, no paraba de imaginar a su omega dándole pecho a los cachorros. No sabía si aquello sería sexy o tierno.

Solo en dos meses lo descubriría, podía esperar.

El pelinegro pareció entender y descubrir los pensamientos de JungKook. Porque enderezó su postura y cruzó ambos brazos sobre su pecho.

— ¿Qué? — preguntó el alfa con una sonrisa.

— ¿Tienes idea de lo enfermo que te verás observándome mientras debo amamantar a nuestras crías?

— ¿Cómo supiste que...?

— Soy tu omega, tu lobo me lo dijo y además no soy estúpido, me has estado viendo así desde que le pregunté eso al doctor — JungKook rascó su nuca, nervioso, al verse descubierto.

— ¡Pero es que no puedo evitar imaginarlo y me parece muy excitante! — sí, TaeHyung se sintió un poco descolocado por la sincera confesión.

— ¡Eres un enfermo! — chilló el omega — ¡Estaré amamantando a tus cachorros y tú mirándome como un psicópata!

— ¡Te verás adorable! — volvió a reprochar.

TaeHyung lo miró indignado.

— ¡Me dolerán los pezones dándole leche a mis hijos y tú al lado disfrutando del espectáculo!

Oh, mierda, se enojó.

Ahora era el momento perfecto para tragarse su orgullo y pedir disculpas si no quería terminar sin bolas.

— A-Amor, tranquilo.

— ¿Cómo te atreves a decirme que me calme? — Jeon JungKook sintió cada vello de su cuerpo erizarse — Ahora tráeme un poco de pastel antes de que te rompa una silla en la cabeza.

El castaño no dudó un segundo en levantarse y correr a la cocina.

Gracias a todos los dioses que anteriormente su madre le había horneado un pastel de frambuesa, especialmente para los antojos del menor.

Le llevó una rebanada de pastel, y se lo sirvió tal y como un rey.

Ah, tan mimado.

Llevó la rebanada de pastel en donde su omega se encontraba sentado mirando su panza con un puchero.

Mi omega especial ✧ KookTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora