❝ TaeHyung nunca fue un omega común. ¿Qué es lo que lo hace especial?, es extremadamente fértil. Podría crear un clan completo de lobos fácilmente si lo deseara. Debido a esto, sus celos son más fuertes que los de un omega normal, y sus feromonas má...
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3 años después.
La solitaria cabaña del bosque se mantenía silenciosa, quizás como nunca.
Es por ello que un omega de ahora cabellos rubios y más largos aprovechaba su momento a solas para descansar, dormir una pequeña siesta antes de que llegarán sus cachorros y pareja.
EunWoo y las gemelas, MiSuk y MinHee; ya con cuatro añitos, asistían al jardín infantil, a punto de pasar a la escuela básica. Y recién yendo a la cuna, sus dos pequeñas crías de dos años, que estaban cerca de cumplir los tres.
Había tenido a dos cachorros, dos machos preciosos, los cuales fueron llamados JungHyun y SunHyun.
Aparte de que JungKook se haya desmayado, luego se lo tomó tremendamente bien.
Ya ambos estaban un poco más familiarizados con el embarazo, TaeHyung sabía lo que se venía, aunque esta vez no fue tan intensa como la primera. Sus cambios de humor no fueron tan fuertes, al igual que sus antojos.
Todo en el parto salió a la perfección, de todos modos, dolió como la mierda, pero estaba muy feliz.
Ahora ya ambos, con mucha dificultad, habían logrado graduarse de la universidad.
El alfa manejaba una exitosa empresa que le había sido heredada, y él era su secretario personal y mano derecha.
TaeHyung realmente no quería dejar a sus hijos solos en casa, por lo que no tuvieron otra opción más que inscribirlos en una guardería.
JiMin había tenido un cachorro nuevamente, esta vez fue un niño de casi la misma edad que sus menores.
HoSeok había optado por adoptar, porque la condición de beta de su pareja no le permitió quedar en cinta.
El motor de la camioneta de su alfa le hizo reincorporarse en la cama, restregó sus ojos a pesar de no haber dormido nada.
Miró por la ventana y sonrió con ternura al ver a Jeon JungKook; el alfa puro, machote, rompecorazones de la universidad y el fuckboy, bajando cargado de mochilas pequeñas, todas de diferentes colores, teniendo como dibujos a las caricaturas favoritas de sus hijos.
Detrás del mayor todos los cachorros lo seguían dando saltitos, otros corriendo emocionados por llegar a su hogar y ver a su madre.
— ¡Mami, llegamos! — gritó EunWoo al ingresar por la puerta principal.
MinHee frunció su naricita buscando el rastro de su madre omega.
— ¡Arriba! — chilló en cuanto encontró el conocido aroma de rosas y vainilla.
— ¡Cuidado en las escaleras!, ¿cuántas veces les he dicho que no corran? — regañó JungKook en cuanto vio a tres de sus crías correr escaleras arriba.
JungHyun y SunHyun aún no aprendían a caminar del todo bien, por lo que ambos se agarraban de cada una de las manos de su padre, mirando con una sonrisa a sus hermanos, queriendo imitar sus acciones.
