O27

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1 mes después

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1 mes después...

— Estoy muy nervioso, alfa — murmuró TaeHyung acariciando su ya muy abultado vientre.

— Debes estar tranquilo, no es sano que estés alterado.

— Lo sé, pero los cachorros podrían nacer en cualquier momento, joder.

La pareja se encontraba muy nerviosa, el omega ya tenía nueve meses de embarazo y hace unas semanas había experimentado leves contracciones, que lo dejaban estático en su lugar por unos minutos.

Esto quería decir que los bebés podrían nacer en cualquier momento. Y aquel pensamiento a veces no los dejaba dormir por las noches. A veces el alfa no dormía por observar con atención cada mueca que hacía su novio al descansar.
Estaba siendo un paranoico, lo sabía, pero joder, podría ser padre en cualquier minuto, y aún no se sentía listo.

TaeHyung ya tenía menos antojos que antes y sus alterados cambios de humor habían disminuido considerablemente para alivio de JungKook. De vez en cuando le daban ganas de comer dulces o incluso verduras. El omega odiaba las verduras, pero las comía de todos modos para saciar la terrible necesidad que lo molestaba.

Últimamente, estaba durmiendo mucho más que antes, a veces hasta JungKook tenía que despertarlo porque se saltaba las comidas importantes para dormir y aquello no era sano.

También buscaba muchísimo a JungKook. Antes quería romperle un florero en la cabeza, ahora solo quería abrazarse a él, dormir en su pecho o simplemente tenerlo a su lado para sentirse calmado con su aroma y presencia.

Se encontraba muy emocionado por conocer a sus cachorros, pero al mismo tiempo desearía que TaeHyung se quedara por siempre con esa tierna pancita que lo hacía ver más redondito.

Pero ya más adelante habría tiempo de hacer más bebés.

— ¿Qué te parece si nos vamos a dormir? — le preguntó cuando vio cómo sus ojos se cerraban por sí solos.

— Sí — murmuró con un puchero.

JungKook se levantó y luego cargó a TaeHyung para llevarlo a su habitación y recostarlo sobre la cama. La cual ya no era un nido, pero aún conservaba algunas prendas.

Ahora el omega dormía solo con una camisa de tres tallas más grandes que la suya. Los pantalones ya le incomodaban mucho, y obviamente a JungKook no le molestaba para nada.

Se recostó al lado de su novio, quien le daba la espalda, lo abrazó por detrás y dejó sus manos acariciar el vientre, sintiendo unos leves movimientos.

Hace un par de meses atrás había sentido los primeros golpes de sus crías. El doctor les había dicho que los bebés estaban en perfectas condiciones, por lo que no debían tener preocupación alguna.

Cuando acariciaba el estómago del menor sentía pataditas que hacían que su pecho se llenara de una cálida sensación y hacían a su lobo saltar en su pecho.

Mi omega especial ✧ KookTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora