❝ TaeHyung nunca fue un omega común. ¿Qué es lo que lo hace especial?, es extremadamente fértil. Podría crear un clan completo de lobos fácilmente si lo deseara. Debido a esto, sus celos son más fuertes que los de un omega normal, y sus feromonas má...
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Al día siguiente decidieron no asistir a la universidad, hacía bastante frío y TaeHyung aún estaba débil después de la golpiza. La noche anterior, luego de ser curado, el castaño lo había desnudado con la excusa de que la ropa estorbaba para la sanación de sus heridas y hematomas, sin dobles intenciones el alfa lo arropó con las sábanas y se recostó a su lado.
JungKook fue el primero en despertar, observó a su lado al indefenso omega que dormía tranquilamente, se fijó en cada detalle del delicado rostro del omega mientras acariciaba suavemente su desnuda cintura, sus mejillas levemente sonrojadas, sus labios rojos y carnosos que lo invitaban a besarlos, morderlos y lamerlos, su tierna nariz respingada y el lunar en la punta de esta y por supuesto no podía faltar el bellísimo lunar bajo su ojo izquierdo, el que le daba a su cara el detalle que lo hacía simplemente perfecto.
Se separó un poco para tener una mejor vista de todo su cuerpo, comenzando por su acanelado cuello. Aún se veían las marcas que le había hecho unas noches atrás, en su pecho se encontraban sus apetecibles pezones rosados, mierda, sentía que se terminaría haciendo adicto a lamer los deliciosos botones, movió un poco su mano para acariciar tiernamente el vientre del omega, gruñendo molesto al ver los moretones y al recordar la violenta manera en la que fue golpeado. TaeHyung suspiró entre sueños por lo sensible de aquella zona, dejó su mano quieta y continuó con su recorrido visual por el cuerpo frente al suyo, sus ojos llegaron a su dormido pene, no era pequeño, pero tampoco tan grande como el suyo; aun así era de mayor tamaño que el de un omega normal, no había vello alguno alrededor y eso lo sorprendió, las veces que tuvo la oportunidad de tocarlo se daba cuenta de que era jodidamente suave, se notaba que TaeHyung se cuidaba bastante por todos lados, su piel era tan suave que te provocaba la necesidad que querer morderla y acariciarla sin perderse ni un milímetro.
Una de las cosas que más le llamaba la atención del físico del pelinegro eran sus gruesas piernas, todos los omegas que había conocido y visto a lo largo de su vida, tenían piernas delgadas como si de un hilo se tratasen, sin fuerza alguna, pero las de TaeHyung se veían fuertes y ejercitadas, sus piernas eran solo un poco más gruesas que las del omega, él se ejercitó bastante para ganar el cuerpo que poseía y se imaginaba que el omega había hecho el doble, porque los omegas tenían por naturaleza un cuerpo débil y delgado, incapaz de defenderse y para alterar la naturaleza se necesitaba un trabajo monumental.
El castaño, mientras admiraba al omega, se preguntaba cómo en apenas 5 días ya tenía fuertes sentimientos por aquel chico.
Todo de él le gustaba, su personalidad terca y rebelde, pero al mismo tiempo tierna y divertida, el cómo podía ser un verdadero dolor de cabeza, la cosa más irritante y de un momento a otro convertirse en una bolita inocente, necesitado de amor y cariño.
Él y su alfa estaban totalmente de acuerdo con que Kim TaeHyung era el indicado, con el que le encantaría pasar su vida, quería que fuera el pelinegro el que llevara a sus cachorros, quería que fuera él quien portara con orgullo la marca que le haría el alfa en algún momento, deseaba vivir en esa cabaña junto al omega o quizás mudarse lejos de la tóxica ciudad y de la gente que le hizo daño a su bebé.
