Capitulo 10

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Minho admiraba y besaba la suave piel del Omega entre sus brazos.

Se sentía tan...en paz.

Tan tranquilo y seguro. A pesar de toda esta loca situación, el trabajo de Jisung y que él, era solo un cliente, más allá de todo eso, Minho ya no veía su vida sin él.

Podía enamorarse en cuestión de una semana?

No estaba seguro, pero algo sentía. Algo se asentaba en lo más profundo de su corazón, como una pequeña semilla que comienza a germinar.

Jisung era el agua, la tierra y el sol para su pequeño corazón.

Eso lo asustaba sí, porque no lo conocía del todo. No sabía su pasado. Que lo llevo a esta situación, dónde el Omega tenía que vender su cuerpo para poder sobrevivir.

El Omega comenzó a despertar y con una pequeña sonrisa de lado, lo vió con total adoración. Su celo estaba ya en las últimas horas.

Pero lejos de querer que se acabara, él solo deseaba quedarse allí, juntito al que su Alfa había declarado como suyo.

Su Omega.

No había una marca, lo sabía. Pero algo más allá de eso lo acercaba al cuerpo del de piel más bronceada, era como un imán que lo llamaba a estar con él. Y había notado que desde que lo habían hecho en el sofá de la sala, su Alfa se había puesto más posesivo. Y no solo él, el Omega de Jisung se rehusaba a darle tregua.

Todo esto hacia que el menor también fuera consciente que se había equivocado, porque a pesar de lo mucho que le encantaba estar junto al mayor, pronto tendría que despedirse y para su mala suerte, sería la despedida más dolorosa.

Jamás le importó dejar a sus clientes, al contrario, agradecía el terminar su tiempo con ellos.

Que hacía diferente esta ocasión? La respuesta obvia era el mayor. Quizá el físico de Minho, pues su belleza era inigualable.

Su forma de tratarlo, porque nadie había sido tan paciente, delicado y tierno. Tal vez era su pasión y la manera en que lo tomó, la forma como lleno su vientre y todo su ser.

Y con esos pensamientos, volvieron a unirse una vez más.

Minho moviendo sus caderas lentamente, el Omega recibiendo todo lo que el alfa era capaz de darle.

Ambos eran conscientes que su tiempo se acababa.

Por eso Jisung no pudo evitar que sus ojos se llenarán de lágrimas y que una traicionera logrará escapar de sus orbes color café, que ante tal pensamiento se habían vuelto aún más tristes.

El Alfa sintió un pequeño tirón en su pecho, le dolía ver al Omega sentirse afligido por eso comenzó a liberar feromonas, protegiéndolo y mimandolo, haciéndole el amor.

Jisung merecía más. Y una promesa nació en el corazón de Minho esa noche.

Él haría feliz a ese Omega.

Sólo que a veces las promesas son difíciles de cumplir y más lo sería ahora, cuando Jisung se había escabullido de la cama del Alfa, y preparaba sus cosas para poder marcharse. Era ahora o nunca lo haría, el celo del Alfa había acabado, así como su tiempo para lo cual había sido contratado.

Se acercó a Minho una última vez, este estaba profundamente dormido en la cama boca abajo, con sábanas blancas cubriendo su blanquecino cuerpo, dejando libre sus espalda y piernas. Jisung se sentó suavemente en la cama, y admiro por última vez al hombre que le había hecho sentirse amado.

Un nudo comenzó a formarse en su garganta, mientras retiraba delicadamente un mecho del desordenado cabello del Alfa.

Eres hermoso, pero no eres mío.

Y aunque hace unos días ambos habían dicho pertenecerse en medio del acto más placentero de toda la semana. Hoy era el Omega quien negaba, pues su situación no se lo permitiría nunca. A partir de mañana él volvería a su antigua vida, se esforzaría por conseguir un trabajo decente, o varios si era el caso. Pero después de él, no habría nadie más.

No creía poder sentir en un futuro lo que había sentido con el Alfa, ese pensamiento lo asustaba, pero estaba seguro que así sería.

Tal vez en otra vida

Se acercó para dar un último y pequeño beso en la punta de su fina nariz, justo en ese lunar que tanto le gustaba. Minho solo movió entre sueños su naricita, tal como lo haría un conejito.

El Omega sonrió, dejó una nota que había escrito minutos antes y la dejo sobre el buró junto a la cama.

Salió de la habitación en silencio, dando una última mirada al Alfa.

Gracias por convertirte en mi recuerdo más hermoso, deseo que tengas una hermosa y feliz vida.

Con amor, H. Jisung.

Talking To The Moon HYUNIN | MINSUNGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora