CAPÍTULO 3

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Me levanté perezosamente cuando sonó la alarma. Cogí la ropa que había dejado doblada en la mesita de noche y fui al baño para ducharme. Me había levantado más temprano a propósito para entrar y antes al baño, así no tenía que esperar una eternidad a que Pamela saliera del baño.

Me duché y me sequé el pelo con el secador. Me puse unos vaqueros largos anchos, un jersey blanco y unas botas negras de cordones. 

Al salir del baño, lo primero que vi fue a Pamela medio dormida y con unos pelos de loca saliendo de su habitación. Como me sobraba tiempo, organicé mi mochila y le hice el desayuno a mis padres y a mi hermana.

Más tarde, mi hermana salió del baño con unos vaqueros largos y una sudadera gris y mis padres de levantaron.   

- Buenos días. - los saludé cuando los vi.

- Buenos días. - dijo mi padre- ¿Y esto?

- Me sobraba tiempo, así que os he hecho el desayuno. - respondí.

- Gracias. - dijo mi madre haciéndose una coleta.

Desayunamos todos juntos y, antes de que Pamela y yo nos fuéramos, mi madre se fue al trabajo.

Pamela y yo íbamos juntas caminando, pero no hablábamos. Mason, el novio de mi hermana, nos esperaba en una tienda de muebles que había al lado de casa. Mason es muy majo conmigo, me cae bien. A veces no logro entender como puede soportar a mi hermana, así es el amor supongo.

Cuando llegué a la puerta principal, Zaira no estaba. Seguramente estaría liándose con Blake, su novio. Iba a entrar al instituto cuando unas manos me taparon los ojos.

- Sígueme el rollo, Varga. - me susurró Levi.

Me quedé varias segundos tocando los dorsos de sus manos mientras asimilaba lo que me acababa de decir.

-¿Quién eres? - pregunté riendo siguiéndole el juego.

Me destapó los ojos y sus manos se posaron en mi cintura. Me hizo darme la vuelta con un giro hábil haciendo que mis manos tocasen su torso. Nos quedamos tan cerca que se me encogió el corazón. Estaba perdida en esos ojos tan verdes y vivos.

- Buenos días. - dijo sonriéndome.

-Buenos días. - respondí con mi mejor sonrisa.

Nuestras manos se entrelazaron y entramos por las puertas del edificio sin mirar atrás. Me sentía cohibida. Muchas miradas se posaban en nosotros observándonos como si fuéramos unos maniquíes en las vidrieras de una tienda. Levi debió notar que estaba nerviosa porque me empezó a acariciar la mano con el pulgar.

Nos dirigimos directamente hacia clase. A mitad del pasillo, estaba Pamela con Mason y sus amigos. Se nos quedaron mirando sorprendidos, como si hubieran visto a Gigi Hadid en persona. Cuando los pasamos, empezamos a escuchar murmullos y gente que gritaba de emoción en susurros.

Entramos en clase y me acompañó a mi pupitre. Apoyé el trasero en la mesa y dio un par de pasos hacia mi hasta quedarnos muy cerca. Se acercó a mi oído y me susurró algo.

- Lo has hecho de maravilla, Sabina. - susurró.

A la hora de la comida, me senté con Levi y sus amigos. Por suerte, no estaba Pamela, ya que Levi no se llevaba tanto con ella. Pude convencer a Levi para que Zaira se sentara con nosotros y no se quedase sola. Los amigos de Levi son super majos, sobre todo Axel. Hablando de el, Zaira y el se unieron mucho. Pude ver como Axel miraba a mi amiga y, no soy una experta en el amor, pero vi amor en sus ojos. Lastima que mi amiga tenga novio.

El resto de las clases se me pasaron volando. Levi me acompañó a casa, aprovechando que Zaira se iba por el camino contrario para pararse en la farmacia.

Cuando entré por la puerta, la mesa ya estaba puesta y mi hermana estaba sirviendo la comida en los platos. Mi padre me saludó con su sonrisa cálida, sin embargo, mi madre corrió hacia mi y me sentó en el sofá.

- ¿Quién era el chico que te ha acompañado? - preguntó sonriendo.

Iba a decir que era un amigo mío, pero me acordé que estábamos en una relación falsa y eso implica que los padres deben conocer al "novio".

- Es Levi, mi novio. - dije acomodándome en el sofá.

- ¿Tu novio? - preguntó mi madre sorprendida.

- Sí. - afirmé.

Mi madre empezó a gritar y a dar saltitos de emoción. Estaba muy feliz y eso me dolía porque no tenía nada con Levi, lo nuestro no era real.

-¡SAM, QUE NUESTRA HIJA TIENE NOVIO! - gritó mi madre.

A mi padre por poco se le cae un plato por el susto que le había pegado mi madre. Cuando nos sentamos en la mesa, no pararon de hacerme preguntas sobre el, menos Pamela que decía cosas por lo bajo y se burlaba.

Por la tarde, me quedé en casa haciendo los deberes de matemáticas y, cuando los acabé, vi Eduardo manos tijeras. Fui a pillarme algo de comer porque estaba hambrienta, me pillé una manzana que había en el bol de la encimera.

Me senté en el sofá mientras masticaba mi manzana. Le iba a dar al play  a la película, pero me llegó una notificación de un mensaje. Era de Levi. Entre al WhatsApp y vi lo que me había mandado. Era una foto donde salía yo sonriendo mientras leía mi libro. Leí el mensaje que había debajo de la foto.

- Lo siento, no lo pude evitar, estabas muy mona.

No pude evitar sonreír. Mis mejillas adoptaron un color carmesí y me puse las manos en la cara mientras reía. Después de eso, puse la película que estaba viendo y me concentré en no pensar en la foto, en el mensaje y, sobre todo, en el.

Cuando Acabe El Segundo TrimestreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora