CAPÍTULO 19

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Levi:

No podía con mi puta vida. Sabina y yo habíamos roto y todo era mi culpa. Debí apartarme de Cristina al segundo de que mis labios rozasen los suyos. Fui un gilipollas. Todavía siento el ardor en el pecho y en la garganta al recordar todo. A Sabina llorar mientras le gritaba a su amiga, cuando discutí con ella, cuando rompimos y a Pamela diciéndome que no me acercara a ella. Soy incapaz de hacer cualquier cosa porque todo me recuerda a ella. No puedo pintar porque recuerdo el día que pintamos nuestro cuadro. Mi pitufa, había perdido a mi pitufa. La única persona que me entendía al cien por cien. Mi hermana me preguntaba cuando volvería y siempre le tenía que decir que pronto. 

Estaba tumbado en la cama cuando se me encendió la bombilla. Debía hablar con ella.

A ver, idiota, no te quiere ver. ¿No ves que te deja en visto?

Lo sé. Pero lo tenía que hacer. Si ella quería que termináramos, al menos lo intentaríamos con tranquilidad. Cogí el móvil y las llaves del coche y fui a buscar el vehículo. Llovía un montón, pero no me importaba, haría todo por ella. Conduje hasta llegar a su casa. Bajé del coche y me puse  en frente de la puerta. Pensé en llamar al timbre, pero tuve una idea mejor y menos arriesgada para que sus padres y su hermana no me asesinaran al verme. Así que di unos pasos atrás, cogí el móvil, me metí en Spotify y busqué a los Artic Monkeys.

Cuando Acabe El Segundo TrimestreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora