Cuando Acabe El Segundo Trimestre

CAPITULO 7

Hoy era Halloween. Uno de los días donde los adolescentes salían más de fiesta. Este año no tenía planes con mis amigas. Raven y Casandra se iban de hotel, Nadia no se encontraba muy bien y Cristina hacía de canguro.

Iba de camino con Pamela y Mason al instituto. De pronto, Mason se me acercó muy serio y se puso a mi lado.

-Oye, Sabina. - dijo mi cuñado.

- ¿Si?

- ¿Sabes si le pasa algo a tu hermana? Es que la veo muy triste últimamente.

- A lo mejor está con la regla, siempre está así cuando le baja.

- Tal vez, gracias.

- De nada.

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Celos. Eso es lo que sentí al entrar al instituto y ver a Levi hablando con Cristina. Se les veía muy felices, no paraban de reírse. Todo mi cuerpo se tensó poniéndose en alerta roja. No debería sentirlos porque no somos nada, pero los siento.

Me dirigí al polideportivo, ya que tenía educación física. Digamos que mi suerte y yo no somos muy amigas. Dime tú, quién quiere educación física a primera hora, dos horas seguidas, en otoño y a ocho grados. Porque yo no.

El resto del día fue una mierda, la única hora que me gustó fue inglés. El resto fue un horror. Estaba saliendo del instituto para volver a casa (hoy me volvía sola) cuando una mano me agarró del brazo y me llevó a la parte de las bicicletas del lugar. Era Levi.

- ¿Qué te pasa? - preguntó mientras se ponía enfrente mío.

- Nada. - respondí seria.

- No te creo. Te he visto irte directamente al polideportivo y no me has saludado, lo cual ha levantado muchas sospechas.

- Te veía ocupado. - dije con un tono bastante diferente.

La cara de Levi cambio de repente. Frunció el ceño pensativo, hasta que se dió cuenta y una sonrisa escapó de sus labios mientras negaba con la cabeza.

- No me digas que estás celosa. - dijo soltando una risita.

- Estás fatal, Balmes. - dije pegándole en el brazo.

Después de eso, me fui a mi casa. Pero antes le di un beso en la mejilla a Levi, para que nadie sospechase. A veces me entraban ganas de estrangular a Levi.

Sabina, soy tu conciencia. Tú y yo sabemos que eso es mentira.

Cállate.

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Pamela llegó de Volleyball a las cuatro. Comió, estudió, se duchó y se vistió para irse de Halloween con sus amigas y con Masón. Se vistió de diabla y se fue. Mis padres no estarían en casa ya que se iban a cenar con unos amigos.

Estaba tan tranquila poniendo chuches en un plato hasta que me llegó un mensaje de Levi.

- ¿Qué haces?

- Nada, la verdad.

- ¿No sales por Halloween?

- No, ¿Y tú?

- No, la verdad.

- Somos unos desafortunados

- Jajaja, si.

- Lo que daría yo por ver pelis.

- Con alguien, no sola.

- Me llaman mis padres.

-  Valeee, adiós.

Estaba sentada en el sofá buscando películas en las plataformas cuando tocaron al timbre. Me levanté del sofá y me dirigí a la puerta. Cuando la abrí, me sorprendí al ver a Levi apoyado en la puerta sosteniendo una bolsa de palomitas y dos botellas pequeñas de refresco. Una de Fanta de limón y otra de coca-cola zero.

- Hola. - dijo entrando.

- ¡¿Qué haces aquí?! - dije cerrando la puerta a mi espalda- ¿Tus padres saben que estás aquí?

- Primero de todo, si lo saben - me respondió mirándome a los ojos- Y segundo, me aburría mucho y no quería que pasases tú fiesta favorita del año sola. Por cierto, bonito pijama.

Se habia acordado. Se lo dije un día mientras merendábamos en la cafetería.

Al final, se quedó conmigo viendo películas (y ya de paso de quedó a cenar). Después de cenar, vinieron un montón de niños haciendo Truco o Trato. Vimos Psicosis, Carrie y la primera de Scary Movie.

Estábamos viendo el final de la última riéndonos a carcajadas, entonces me giré para mirarlo.

- Oye, gracias por venir. - le agradecí.

- Todo por ti, Sabina. - respondió sonriéndome.

Me rodeó la espalda con un brazo haciendo que me acercara a el y apoyé mi cabeza en su hombro.