CAPÍTULO 14

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- Tengo miedo. - dije- ¿Y si no les caigo bien?

- Les vas a caer bien, mis padres y mi hermana siempre están preguntando por ti. - respondió Levi.

Estábamos en la puerta de la casa de Levi, estaba a punto de conocer a sus padres y a su hermana. Tenía ganas de salir corriendo.

- Está bien. - tragué saliva.

Levi tocó el timbre. Se abrió la puerta y nos recibió un hombre rubio con una sonrisa amplia. Era su padre.

- Hola, papá. - saludó el.

- Hola, chaval. - saludó el hombre.

Entramos a la casa y dejamos los abrigos en el perchero que había al lado de la puerta. El hombre se acercó a mi y me sonrió.

- Papá, ella es Sabina, mi novia. - me presentó el rubio.

- Encantada de conocerle, señor Balmes. - dije educadamente.

- Por favor, llámame Henry. - respondió Henry. 

El padre se parecía mucho a Levi. Tenían el mismo cabello rubio, pero su padre tenía algunas canas. Tenían hasta los mismos ojos verdes.

- ¿Dónde está Beth? - preguntó Levi.

- Está arriba en su habitación terminando los deberes, voy a decirle que baje. 

Levi y yo nos sentamos en el sofá y Henry subió escaleras arriba a buscar a Beth. Segundos después, bajó una niña rubia con dos trenzas corriendo. Supuse que era Beth.

- ¡Levi! - gritó feliz mientras abrazaba a su hermano.

- Hola, enana. - la saludó- Beth, ella es Sabina.

- Hola. - la saludé.

- Hola. - me devolvió el saludo- Levi me ha dicho que te gusta Taylor Swift.

- Me encanta Taylor Swift. - dije. 

- ¿Cuál es tu disco favorito? - preguntó la rubia.

- Me gustan todos, pero me quedo con Red.

- A mi me encanta Lover.

Estuve hablando un rato con Beth, era muy cariñosa.

- ¿Dónde está mamá? - le preguntó Levi a su padre.

- Tu madre está en un parque pintando, no tardará en volver.

De repente tocaron al timbre.

- Hablando de la reina de roma. - sonrió Henry dirigiéndose a la puerta.

Cuando la abrió, vi a una mujer baja de cabello rubio que saludó al hombre con un beso. Se acercó a Levi y a mi y nos sonrió.

- Tu debes de ser Sabina. - dijo la mujer- Encantada, soy Emma.

- Igualmente. - respondí sonriendo.

Minutos después, nos sentamos todos en la mesa a comer. El padre de Levi había cocinado pechuga de pollo a la plancha y ensalada con nueces. Tenía muy buena pinta.

- Bueno, Sabina. - dijo Emma rompiendo el silencio- Levi me ha dicho que eres muy estudiosa.

- Sí. - afirmé- Quiero sacar lo mejor de mi en los estudios.

- Así me gusta. - sonrió Henry- ¿Te has planteado que quieres ser en un futuro?

- Por favor. - pidió Levi- Esto parece un interrogatorio.

- No pasa nada. - reí- Me gustaría ser pediatra.

- Entonces tienes que estudiar medicina. - Beth me miró.

- Así es.

El resto de la comida la pasé muy bien. Los padres y la hermana de Levi eran encantadores. Por la tarde, Beth se fue a casa de una amiga y el padre de Levi a trabajar. Emma se fue al jardín a pintar, así que nos quedamos Levi y yo solos en el interior de la casa. Subimos las escaleras y fuimos a su habitación.

Su habitación tenía cuadros en las paredes de películas y series que le gustaban y el armario lleno de fotos con familiares y amigos; entre ellos yo. Tenía el escritorio muy ordenado y en el final de la cama había una manta azul doblada. Me senté en la cama.

- Siento mucho si mis padres te han hecho muchas preguntas. - se disculpó.

- Descuida, son muy majos.

Nos quedamos en silencio y el sacó algo de uno de los cajones del escritorio.

- Sabina. - me llamó.

- Dime.

- Hay algo que te quería decir desde hace tiempo. - empezó- Desde que empezamos con la relación falsa, todo ha cambiado. He empezado a sentir cosas que no había sentido con nadie en mi vida. Muchos sentimientos que no he podido expresar en lienzos porque no me cabía todo lo que sentía. Antes de Halloween me di cuenta de que siento muchos sentimientos hacia ti, esos que no puedo expresar. Cuando en la fiesta me besaste, supe que tu sentías lo mismo. Me estaba muriendo porque, joder, me habías besado. Me gustas mucho, Sabina.

Hizo una pequeña pausa y se acercó a mi poniéndose de rodillas en frente mía. Estaba atónita, no me salían las palabras.

- Me gustas muchísimo. - continuo- Y quería saber una cosa.

- ¿El qué? - pregunté sonriendo.

- ¿Quieres ser mi novia? - preguntó sacando un colgante de plata con una estrella- Sin relación falsa, mi novia.

Me quedé callada unos segundos y luego respondí con sinceridad.

- Sí, si quiero.

- ¿Sí?

- ¡Claro que quiero!

Ambos nos levantamos y me puso el colgante. Cuando me lo puso, me giré y noté sus manos en mi cintura; en cuestión de segundos ya nos estábamos besando en su habitación. Tenía los brazos rodeándole el cuello. Cuando nos separamos, ambos sonreímos y nos volvimos a besar, pero esta vez sentados en su cama. Sabía por la forma en la que me besaba sus intenciones, así que me separé por unos momentos.

- Levi. - lo llamé- No quiero fastidiarla, pero nunca he tenido...

- ¿Sexo? - preguntó antes de que yo acabase la frase.

Asentí un poco avergonzada por haberle cortado el rollo y cogió mis mejillas con las manos.

- Si no quieres hacerlo, me lo puedes decir. - me dijo.

- No, no es eso. Es que nunca lo he hecho y no quiero cagarla.

- No digas eso. Si quieres, puedo ir despacio.

- Eso estaría bien.

Sonrió. Me empezó a besar, sus besos eran cálidos. Poco a poco su boca descendió por mi cuello y me puso a ahorcadas en su regazo. Sentí un montón de cosas. Sentí sus caricias, sus besos, como me desnudaba y sobre todo placer. Sobre todo cuando nuestras partes encajaron como dos piezas del puzle. Solo quería quedarme ahí para siempre entre nuestros jadeos, gemidos y susurros. Acabamos ambos tumbados en la cama desnudos y tapados con la manta azul. Apoyé la cabeza en su pecho y el me abrazó.

- Te quiero. - dije.

- Yo también te quiero. - sonrió el rubio.


Cuando Acabe El Segundo TrimestreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora