RICARDO
Al llegar a mi casa, nos recibió paco, que ya me estaba esperando en la entrada. Adriana se agacho a hacerle cariños mientras yo me iba a la cocina por algo de tomar. La invite a pasar a la sala y se sentara en el sillón. Me acerque a darle una cerveza y me senté a su lado.
-Salud preciosa, porque, pues porque estamos los dos juntos, jaja.- le dije mientras brindamos.
Me encantaba estar cerca de ella. Era su forma de ser y como me hacía sentir. Sin contar que el sexo era grandioso.
-Que bonita esta tu casa Ricardo, me gusta como lo tienes decorado.- me dijo mientras veía todo a su alrededor.
-Aa, gracias pero la verdad es que me ayudo un poco mi hermana, y es que no soy muy paciente con estas cosas, eso sí, te digo que en mi cuarto si le tengo bien arreglado su lugarcito a mi colección de sneakers.- le sonreí.
-A pues que bueno que tengas modo de coleccionar algo que te guste.-
-Si, y fíjate que ya le ando buscando más espacio pero necesito arreglar mi cuarto primero.-
Me acerque a ella y la agarre de la cintura, mientras la veía a los ojos y la comencé a besar. Ya traía ganas de besarla así desde que estábamos en casa de Gerry, pero sabia que ella estaba nerviosa y por eso no lo hice. Ahora que estábamos aquí me deje llevar y comencé a besarla intensamente. Ella me tomo por el cuello y empezó a morder mis labios y recorrer mi cuello a besos. Estaba que ya no podía más, sentía como me estaba poniendo bien duro y mientras la abrazaba la jale hacia mí y la senté encima de mis piernas mientras le apretaba la espalda.
Ella se sonrió y me dijo.- Oyee, quieres ponerte travieso?.-
-Pues si ya sabes que si quiero preciosa, ya sabes como me pones, acaso no sentiste ya?- le conteste mientras agarraba su mano y la ponía en mi pantalón.
Note como ella se puso roja y se sonrió. Yo no deje pasar mas tiempo y la seguí besando. Comencé a besarle el cuello, mientras ella movía sus caderas encima de mí.
Desabroche su blusa y comencé a acariciarla; quite su bra y comencé a jugar con mi lengua en sus pezones. Baje mi mano hacia dentro de su ropa interior y sentí su humedad, ella ya estaba lista para que yo le diera como cajón que no cierra.
La ayude a quitarse el pantalón y los pantis y yo me acomodaba para dársela toda. Se acerco a mi oído y me dijo ¨Hazme disfrutar una vez más¨; yo me encendí más y comencé a agarrarla de la cintura mientras la movía a mi ritmo. Tome aire y suspire al sentirla tan húmeda y caliente. Comencé a besar y morder sus labios con fuerza cada vez; esta mujer me volvía loco y ya no pensaba dejarla, era como mi droga. Le apretaba las nalgas mientras ella brincaba y gemía encima de mí, yo no podía más, en cualquier momento me iba a venir. La agarre de sus grandes caderas para cargarla en mis brazos y llevarla a la cocina mientras seguíamos comiéndonos la boca. La senté en la encimera para abrir sus piernas y empezara saborear su vagina, que ya estaba bastante húmeda. Ella empezó a gemir y a pedirme que se la diera toda; yo la hice esperar porque quería que terminara en mi boca primero. Empecé a sentir como sus piernas comenzaron a temblar y supe que estaba a punto de venirse.
-Ricardo, por favor te lo pido, ya métemela, lo deseo tanto.- me dijo mientras su respiración se entrecortaba.
Yo le dije que no, y seguí jugando con mi lengua. Ella gimió como nunca mientras sus dedos estaban entrelazados en mi cabello; había acabado y en ese momento me pare para metérsela, ahora me tocaba mí. Mientras ella seguía con los ojos en blanco y mordía su labio, yo comencé a darle con todas mis fuerzas. Me acerque a ella y le dije: -Nunca mas va a estar con otro cabron, entendiste?, eres solo mía, nadie más te hará venirte como yo.-
Escuchaba como me decía que si con su respiración entre cortada y sabia que iba a venirse otra vez. Le di como nunca y en ese momento termine dentro de ella y ella volvió a terminar. Se sentía tan bien. Adriana me miro a los ojos , me agarro de la barbilla y con sus manos acariciaba mi barba. Me acerque y la bese otra vez.
La ayude a bajarse de la encimera y caminamos hacia el sillón para recoger la ropa del suelo. Le agarre la mano y la lleve al cuarto.
-Te invito a que nos metamos a la regadera juntos, que te parece?.- le dije mientras le enseñaba el camino.
-Me parece perfecto.- me sonrió.
La lleve de la mano y nos metimos bajo el chorro de agua. Nos empezamos a enjabonar y yo aprovechaba para agarrar sus nalgas y llenarlas de jabón junto con sus pechos. Sentía como mi pene volvía a estar duro. Adriana se dio cuenta, me sonrió y me empezó a besar. Empezó a besar mi cuello para luego irse hacia mi pecho y de ahí empezó a recorrer mi abdomen hasta meterse mi pene en la boca. Me la chupaba como nadie antes, yo suspiraba mientras la veía desde arriba. Ella hincada me veía a los ojos con una mirada de lujuria mientras jugaba con su lengua por todas partes. Yo no pude más y termine en su boca. Ella lo trago todo como si fuera agua. Se limpio la boca y yo la bese. Fuck, como me encantaba esta mujer. Nos salimos del baño para acostarnos en la cama. Cansados los dos nos reímos, nos abrazamos y nos besamos tratando de recuperar el aliento. Ella se quedo dormida en mi pecho y yo acariciando su cabello.
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La Asistente
FanfictionEsta historia se basa en Ricardo Perez de la Cotorrisa y como conoce a su asistente y poco a poco se va enamorando de ella. Esta historia ficticia solo es para entretener. Disfrutenlo, pinchis morbosos.