Capitulo 19

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Sara

-¡Joder, menudo idiota! – vociferó Raquel

El jet ya había despegado, yo tenía mi vista en la ventana, con el corazón en la mano al ver el carro de Jacob estacionarse abruptamente y verlo salir del auto, ladrando una orden que no obedecieron, luego miro el jet, pero yo lo estaba viendo a él

Al amor de mi vida, a la persona que me rescato de esa subasta comportándose como un príncipe a partir de ahí. Pero ahora estaba muy confundida

-¡Es que eres un mujeron!, ¿Acaso tiene mierda en la cabeza? – desde que le conté todo a Raquel no ha parado de maldecir a Jacob, incluso en francés, dándome cuenta de que sabia hablar otro idioma

-De nada sirve maldecirle Raquel... - ella puso una mueca triste para acercarse y secar las pocas lágrimas de mi rostro que aun bajaban por si solas

-Oh, cariño, ya no llores – puso sus manos encima de las mía viendo sus uñas bañadas en rojo del esmalte de uñas – dolerá por un tiempo, pero conforme saques todo, te sentirás mejor. Además, dicen que los españoles son guapísimos y la tienen grande

Subió y bajo sus cejas coquetas, sacándome una pequeña sonrisa

-Lo que menos quiero ahora es un hombre Raquel

-Tienes razón, pero bueno, de todas formas, saldremos de fiesta, nos emborracharemos y olvidaremos todo – se sentó a mi lado – o compramos helado, nos ponemos un pijama gigantesco y vemos películas de miedo o de terror, ¡descartadas completamente las de romance!, así no te sientes peor

-Gracias, por venir – ella me sonrió apoyando su cabeza en mi hombro

-No me des las gracias, Sara, eres mi amiga, esto es lo menos que puedo darte. Tiempo de calidad

En el viaje, Raquel no paraba de hablar haciéndome pensar en otra cosa que no fueran los gemidos de esa mujer encima de mi...de él. Incluso me prohibido tener mi teléfono en mano por aquello de que a Jacob le resultara llamarme o mandarme un mensaje, lo cual agradecía bastante

Al llegar, nos fuimos al piso que Nicolas había comprado para nosotras en lo que todo el alboroto de mi corazón se arregle, le di las indicaciones de como lo quería. No quería un lugar lujoso, pero tampoco algo tan pequeño, al final él me entendió y me dio el piso más hermoso de todos

Tenía sala de estar, con televisión, cocina y comedor a un lado y dos habitaciones junto con el baño, todo era espacioso y lindo, al parecer los muebles eran nuevos lo que me llamo la atención. Raquel me dijo que era cortesía de Emilio, me alegraba saber que mi cuñado me apoyaba, solo ojalá no le diga nada...quiero estar sola por un tiempo y olvidarme de todo

Y aunque tal vez a veces vaya de fiestas, dudo mucho que encuentre un hombre que me toque de la misma manera en la que lo hace Jacob, es simplemente una jodida adicción cada roce suyo. Incluso aun enojada con él no puedo evitar mojar un poco mis bragas al recordarlo comiendo mi coño, recordando todas esas sensaciones que me provocaba

Joder...Cálmate, no es el momento adecuado para pensar en eso ahora, Sara

Cada una de nosotras escogimos una habitación, yo me quede con la que era un poco más grande que la otra por la ligera condición de que tenía un pequeño balcón que daban las vistas a la ciudad iluminada por las luces de los edificios y la de los coches, y todo fue porque a Raquel no le gusta mucho la luz del sol a la hora de despertar, así que escogió la otra habitación que era un poco más oscura y solo con una ventana que muy bien podía tapar con cortinas de tela gruesas para tapar los rayos del sol al amanecer

La habitación tenía una cama matrimonial, un pequeño sillón colgante acolchonado, un armario lo suficientemente espacioso para la poca ropa que traía, un pequeño escritorio con lo que parecía ser una laptop en ella con una pequeña nota en ella. La agarre para leerla con curiosidad

SUBASTADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora