Capitulo 2

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No sé por cuánto tiempo eh estado en esta tediosa camioneta, pero se me estaba haciendo eterno el viaje, de vez en cuando escuchaba a tipos que venían conmigo reír o hablar, pero yo me mantenía en silencio, lo único que se podría escuchar eran mis silenciosos sollozos bajo esa bolsa negra

El coche se detuvo así que ya habíamos llegado a nuestro destino, los tipos se bajaron de la camioneta para luego bajarme a mi sin quitarme aun la bolsa en la cabeza, mis pies estaban descalzos por lo que podía sentir por medio de mis pies lo que estaba debajo de ellos, era suave pero también un poco picoso por lo que deduje que era césped, luego me hicieron caminar hasta la entrada de una casa por que el suelo cambio de sensación, ahora era frio y liso

La puerta se abrió y me hicieron pasar, subimos una especie de escaleras que al final tuvieron que llevarme levantada por que como no veía se me hacía muy difícil caminar o subir esas escaleras

-Esta será tu habitación, en cuanto el rey llegué te vendrá a buscar – me quitaron esa horrible bolsa negra por lo que pude ver las cosas a mi alrededor, era una habitación grande y moderna, de color gris, había una cama gigantesca y dos 'puertas casi al lado de ella, había una alfombra peluda de color negro y unas ventanas que daban hacia el exterior de la casa

Me acerque a las ventanas buscando orientarme, pero me fue imposible por que todo lo que veía era simplemente árboles, árboles y solo árboles, ni un puto edificio o carretera, me frustre bastante, no tenia salida, no sabia nisisquiera en donde estaba

La puerta de la habitación se abrió nuevamente, me gire abruptamente a esa dirección encontrándome con una mucama algo anciana ya, tenia el pelo negro con algunas canas, su piel era blanca y sus ojos castaños

-Hola mi niña, no te asustes no te hare nada solo quiero ayudarte a que te des un baño para relajarte, el viaje hasta aquí debió de ser muy largo ¿verdad? – algo en ella me inspiraba confianza, no se si era por su forma de sonreírme o de hablarme o simplemente ella en sí, pero algo en mi me decía que podría confiar en ella

Asentí con la cabeza ante su pregunta, ella no quitaba su sonrisa de sus labios algo arrugados

-Me llamo Ana – la mujer se empezó a cercar a mí, algo que percate es que se tambaleaba de un lado a otro mientras caminaba, no era muy notorio, pero si le prestaban atención se veía su pequeño tambaleo, como si estuviera cojeando levemente

-Yo Sara -mi voz apenas era audible, pero Ana de todas formas seguía caminando hacia a mí, ya estando enfrente me extendió su mano para que yo se la agarrara

-Tienes un bonito nombre mi niña, ahora ven, te daremos unca ducha -agarre su mano para dirigirnos ambas hacia una de las puertas de la habitación

Cuando entramos vi un baño enorme, con ducha y también tenia una tina, junto con su lavamanos y su retrete, era bastante amplio, mucho mas amplio del que yo tengo en casa

-¿Te ayudo o tu puedes solita mi niña? -Ana me miro esperando mi respuesta, la verdad es que estaba un poco débil pero aun así me quedaban fuerzas como para ducharme, igual forma no quería que viera mi cuerpo, me incomodaba un poco

-Yo puedo -hable en un susurro audible para ella

-Muy bien cielo, yo iré a conseguirte un pijama calientito junto con un chocolate caliente – Ana se fue del cuarto de baño dejándome sola ahí, me acerqué al espejo y pude verme el rostro, estaba completamente lleno de maquillaje extremadamente horrible, también mis piernas estaban sucias junto con mis manos

Me quite la ropa para acercarme a la ducha no sin antes ponerle el segurillo a la puerta, aunque todavía tenia demasiado miedo por lo que me podría llegar a pasar quería disfrutar de una ultima ducha si es que iba a morir aquí

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