Capitulo 29

6.7K 406 74
                                    


Jacob...

Estas semanas han estado mejores desde que Sara y yo abrimos nuestros corazones con respecto a nuestro hijo, no mentiré, me dolió mucho todo lo que vi y lo que le hicieron a mi mujer y a mi hijo. Ver a Sara decaída algunas veces, con su mirada perdida y sus uñas algo ensangrentadas por estar pellizcando las esquinas de sus dedos me frustraba bastante

Nunca imagine que pasaría por algo como esto, pero por ella lo haría, por ella lo valía, quiero verla nuevamente con esa sonrisa radiante y había veces que lo conseguía, conseguía que no se sumergiera en sus pensamientos y se enfocara en mí, era una sensación tan grata y pura a la vez de satisfactoria

Siempre estoy pendiente de ella, le ayudo a ir al baño, a vestirse, a bañarse eh incluso a comer cuando no tiene fuerzas o cuando llega de sus terapias cansada, pues aún las recibía debido a que sus piernas necesitan mas fuerza para que ella vuelva a caminar de la misma forma en la que lo hacia antes

-¿Jacob, estas seguro que quieres hacer esto?

La voz de Emilio me saco de mis pensamientos, estábamos en uno de mis coches de camino a mis bodegas, tenia que sacar mi estrés y frustración con esos bastardos, no iba a dejar que salieran ilesos de estas, tengo que desquitarme con ellos por cada lagrima que mi reina a derramado, por cada pesadilla que a tenido y se a despertado desesperada y con miedo, por cada dolor en su cuerpo por culpa de las golpizas atroces que le dieron. Pero, sobre todo, por hacer que perdiera a mi hijo

-Bastante seguro Emilio

-¿Sara sabe de esto?– me miro con una ceja levantada

-No, no quiero preocuparla mas de lo que ya esta

-Vale, si esa es tu decisión...

Mire a mi hermano

-¿Qué quieres decir con eso Emilio? – mi mirada desafiante podía sentirse en cualquier lugar, traspasando y acuchillando a la persona que viera pero a mi hermano eso no le afectaba en lo absoluto

-Nada, simplemente digo que ella estaría mas tranquila sobre tu paradero, has estado pegada a ella como garrapata como para que te desaparezcas por un par de horas y vuelvas como si nada

-Eso no te incumbe – Emilio simplemente volteo los ojos

Pero, aunque no lo quisiera admitir tenía razón, pero no era nada de que preocuparse, tenia todo controlado, cualquier cosa que ella necesite mis hombres se la brindaran, aparte esta con su hermano y mi madre

Su progreso ha sido bastante bueno, de echo increíble, lo malo era cuando notaba esa incomodidad en sus ojos y la tensión en su cuerpo cada vez que un hombre extraño se le acercaba o incluso algunos de mis hombres que ya conocía, solo lograba mantenerse serena conmigo o con su hermano. Cada vez que algo así pasaba se ponía sus guantes de seda, solo se permitía quitárselos cuando estaba conmigo, solo a mí me permitía tocarla, besarla, abrazarla y sentir sus cálidas manos en mi rostro, haciéndome sentir el hombre mas afortunado de este mundo

No negare que había días en cuando ponía mis manos en sus hombres se sobresaltaba o tensaba su cuerpo inmediatamente, pero luego que reconoce mi presencia se tranquiliza

Las noches son algo tormentosas, pues sus pesadillas la atormentaban, pero yo siempre me encontraba ahí para velar su sueño y consolarla cada vez que eso pasaba. Pero ahora hare sufrir a esos bastardos por cada temor implementado en mi mujer, por cada noche tormentosa en la que no ha podido dormir plácidamente y por haber arrancado su sonrisa de sus labios

Finalmente llegamos a donde tenia prisioneros a esos malditos, era en una zona rural bastante alejada de cualquier civilización cerca, perfecto para poder escuchar sus agonizantes gritos mientras son torturados y deleitarme con sus suplicas vanas

SUBASTADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora