BORN TO DIE (billy x stu)

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La fiesta seguía su ritmo, nada fuera de lo normal estaba pasando, con esto me refiero a que nadie se había dado cuenta de quienes faltaban en el salón, y Stu con Billy seguían en lo suyo.

El alto arrancó los pantalones del más bajo sin sacarlo de aquel escritorio, se tocaban con desespero, actuando cegados sin pensar en sus pasos demasiado, avanzando en la lujuria Stu tomó de nuevo con fuerza a Billy pero esta vez del cuello manchándolo con más sangre, totalmente excitado por los toques que se habían dado, el bajo se retorcía apretando con fuerza los hombros ajenos marcándolos con sus uñas.

El beso era tal cual como los anteriores, lleno de humedad y posesión, Stu quería gritarle a Billy que era suyo, que no quería verlo otra vez con Sidney y ver su horrible boca tocar la que tanto le gustaba besar y disfrutar. 

Los toques fueron avanzando, pronto ambos se estaban masturbando, el bajo con un brazo se apoyaba en la madera para sostenerse ya que estaba tan agitado, movía su mano en aquella intimidad erecta con suma delicadeza y rapidez para hacerlo sentir bien tal como Stu lo hacía con él haciéndole sacar multiples obscenos sonidos, solo ellos podían comprender tal nivel de placer luego de un acto criminal.

Simplemente sus ganas explotaron luego de experimentar tanto juntos.

Billy se apoderó del cuello del ajeno aún soltando constantes jadeos, lo besaba, lamía por encima de la piel hasta crear cierto chupón en el lateral del cuello dejando una evidencia más de lo que estaba pasando entre ellos esa noche. No le importaban las consecuencias del mañana, no pensaba en eso ahora, pensaba en hacer suyo a Stu, marcarlo por completo y que sólo se pertenecieran entre sí.

Palabras incomprendibles se escuchaban por parte del bajo ya que no podía más del calor, puesto que Stu dejó en paz su hombría para ahora tomar el trasero del bajo y apretarlo, golpearlo como quería y rozarlo contra su entrepierna con tal que supiera las ganas que tenía de joderlo, lejos de apartarse Billy siguió el ritmo del roce entre ellos queriendo más, trató de darle señales a Stu para que de una maldita vez lo metiera en él, pero este parecia no entender y disfrutar de torturarlo así, estaba sonrojado, como nunca algo desesperado se mordía los labios.

– Quiero que digas que eres mío Billy..— finalmente entre jadeos habló Stu acariciando los muslos desnudos del ajeno sin dejar de moverse.

La fricción era una locura, estaba echo un desastre muy pronto.

– ... por qué tú...quieres eso, idiota.. sólo hazlo..– se quejó el bajo frunciendo el ceño.

Unos rasguños se hicieron presentes en los muslos del bajo haciéndole gruñir de dolor, pero no le disgustaba. 

Qué mierda le pasaba a Stu, ¿éste era el mismo que se puso a llorar cuando golpeamos a una persona? pensó Billy.

– Di que eres mío Billy.– repitió ahora acomodando su intimidad para introducirla en el bajo.

Como se suponía que hablaría en ese proceso, gimió con fuerza por la sorpresiva pero esperada entrada del ajeno en su cuerpo, más porque era completamente virgen en ese sentido, a él nunca se la habían metido, él era el que lo hacía, entonces suspiró y gritó el nombre de Stu conforme este se habría paso en su interior hasta meter toda su longitud, estaba adolorido pero también quería que se moviera de inmediato, dió un pequeño golpe en la espalda del alto ya que se comenzó a mover en su interior.

Estocadas lentas con un choque violento cada vez que entraba haciéndolo rebotar en aquel espacio.

– Mh.. no te escucho Billy.– insistió sujetando las caderas del mencionado para enterrarlo en él haciéndole sacar más gemidos.