30. Dinero [Alfa x Omega]

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(Continuación de Bozal y gruñido, un verse donde los omegas están al mando y pueden comprar Alfas)

Alfonse podría definir que el núcleo de la sociedad era el dinero; una afirmación cruda pero que no tenía dudas que era la verdad más sincera. El dinero, pues, era indispensable para cubrir las necesidades y brindar placeres.

La llamados Alfas, en su opinión, se inclinaban a los placeres, el instinto. Y quizá por eso la sociedad había cambiado las tornas de tal manera que los Alfas; quienes antes gallardos miraban con el mentón alto desde la cima, ahora caminaban por las calles esperando las instrucciones de sus señores Omegas, mientras un Bozal les cubría el rostro y una correa tiraba del collar alrededor de su cuello.

Aunque en la perspectiva de Alfonse se habían vuelto vulgares y muy poco ortodoxos, casi tan salvajes cómo las descripciones retrataban a los Alfas de eras pasadas. ¿Vender Omegas para el mero propósito de dar cachorros? Lo encontraba gracioso.

Pero la humanidad iba y venía en épocas dónde cosas que se imaginaban imposibles eran ahora los ejes de su día a día.

Cómo fuera, no impedía que Alfonse pensara que el bozal lucía poco halagador en su Matthew; o que era un espectáculo de mal gusto aquellas vendimias de Alfas un poco más accesibles que a veces aparecían en plazas comerciales; sin mencionar cómo de odioso encontraba que lo invitaran a elección de algún Omega amigo suyo que iba a adquirir un nuevo Alfa.

Le exasperaba que le obligarán a llevar a Matthew porque podría ser un buen ejemplo de comportamiento para el recién llegado Alfa.

Bueno, pensó, mientras paseaba esa mañana con Matthew unos pasos detrás de él y la correa en su mano, esos espectáculos, el dinero sobre todo, le habían dado a su Matthew.

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