Omegacember | Original

31. Cita médica [Alfa x Beta]

Joe había escuchado rumores e historias de sus colegas, incluso historias en conferencias médicas totalmente legítimas que sabían más a leyendas absurdas que algo que pudiera realmente pasar. Pero era un hecho, y aunque le diera pereza, acudía a los seminarios de sus colegas y aquellos de descubrimientos médicos en su rama

Y bueno, ahí estaba, en el consultorio de un ginecólogo especializado en Omegas (aún si era un Beta) porque al parecer había experimentado todos los síntomas de lo que era un Celo en un Omega.

Tanto su pareja Bernard y él estaban absolutamente confundidos. El doctor, un Beta que en su rostro reflejaba unas enormes ganas de echarse una siesta y una apatía impresionantes los miraba fijo.

—¿Cuánto sexo tienen? —preguntó sin más Everett, el doctor, echándose un bostezo largo que resaltó un poco su cabello desaliñado al echar su cabeza hacia atrás.

—¿Cuánto? —preguntó Bernard confundido.

—Esta bien si no quieren responder porque debe ser algo exagerado para que esto pasara —Soltó el doctor con pereza—. Para no darles mucho en que angustiarse, el señor Joe simplemente responde a tus feromonas simulando algo cercano a un celo.

—¿Ahora soy...Omega? —cuestionó palido Joe.

—No —bufo riendo entre dientes—, sigue siendo Beta. Pero han cogido tanto que te has acoplado de alguna manera a tu compañero para satisfacerlo un poco más —explicó encogiéndose de hombros cuando la pareja se ruborizó pareciendo mortificados por el nulo tacto del médico, y que éste hubiera atinado en su suposición.

A la pareja les solían decir que si pudieran, irían juntos al trabajo pegados del brazo. A veces bromeaban con que quienes lo decían en serio sólo estaban exagerando; que sólo era inusual que un Beta y un Alfa tuvieran su nivel de compatibilidad.

—Mucho sexo —farfullo el Beta más para su propia reflexión que para brindar más información.

No creían que hubiera sido tanto sexo, sólo eran una pareja sana con mucha energía. El doctor , que de por sí de carácter peculiar, sólo ladeó la cabeza con un mechón de largo cabello de tono azabache escalando de su coleta y rozando su frente.

—No es mi asunto —les dijo con suspiro—, tampoco digo que sea malo, ya que es algo que pasa con más frecuencia de la que creen. Sólo espero que que no hayan cogido en un lugar público.

—Era nuestro auto, y no había nadie en esa calle... —comentó un poco nervioso el Alfa que cortó sus palabras cuando recibió un pisotón de parte de su esposo.

Joe bufo y sonrió con su usual rostro de desgana conteniendo unas ligeras ganas de reír. Si bien era más o menos frecuente en el campo médico los Betas con celos tal cómo un Omega; en realidad era la primera vez que el lo veía, y se estaba divirtiendo mucho con todo el asunto.

El doctor simplemente les extendió unos inhibidores ligeros para que el Beta pudiera lidiar con los síntomas de su , ahora, ocasional celo.

Y les recomendó unas regaderas de agua fría para calmarse.