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TIFFANY MAKRIS

Camino por los pasillos solitarios de la masion con una pillama transparente, apenas y me puse una mascarilla para salir, no me puse la máscara como acostumbro a hacer.

Bajo las escaleras bostezando, al estar abajo me encaminó hacia la cocina donde encuentro a la sirvienta y a K desayunando y hablando por teléfono.

-Nos veremos en la noche, - dice K antes de colgar la llamada en la que estaba.- Buenos días señorita Tiffany.

Asiento a su saludo y me acomodo en una silla mirándolo- ¿A donde irás?.

-A un club en la noche - fruñe el ceño ya que nunca suelo preguntar.

-Yo iré también.

-No creo que sea apropiado

-No te estaba preguntando - comento no por qué quiera ser haci pero con personas alrededor tengo que comportarme como una hija de perra.

La sirvienta deja delante de mi una taza de café, solamente la miro, no la toco, la sirvienta temblando de pies a cabeza espera que la tome, mantiene su mirada al piso, miro a K y hace exactamente lo que deberia de hacer prueba el cafe antes que yo y me da el visto bueno de que esta bien.

-Como sea que te llames- comienzo con tono duro y firme- si no te he pedido nada, no me traes nada, haci este muriéndome de sed, si no pido agua no la llevas- asiente temblorosa y trata de agarrar la taza pero la tomo antes de que la tome ella- Por esta te la dejaré pasar.

Me levanto y le hago seña a K de que me siga, antes de que siquiera comience a hablar mientras estamos de camino a la oficina pasando por la puerta principal, está se abre.

Por ella entra un Vlad con expresion de quien le lleva el diablo y detrás de el, él estúpido que ni se que busca en mi casa, pero este último viene con peor expresion que el primero.

-Se puede saber quien le dio permiso para entrar a «Mi propiedad» sin mi consentimiento- Vlad se detiene cuando me escucha hablar ya que venia tan perdido que no se dio cuenta que K y yo estabamos justo frente a ellos.

-Ya me armas una bronca después pero lo que tengo que decir no puede esperar- murmura y antes de que pase por mi lado con destino a la oficina lo detengo.

-¿Que hace ese estúpido en mi casa?- pregunto mirando al individuo que hasta ahora no a hecho nada más, que mirarme.

-El asunto lo implica a el y si quieres coger de saco de boxeo a alguien ese será el, y no yo.- me acerco a el todavia con mi mano en su antebrazo

-Le bajas al tono Vlad que aunque seamos cercanos eso no quiere decir que vengas con ese tono a hablarme- le susurro y aprieto su brazo. Me mira y se da cuenta, baja la mirada y se queda callado.- Bueno K lo que te iba a decir lo dejaremos para más tarde, y tu mediocre tocas algo de la casa y te mato, digo no tienes que tocar nada por qué ganas no me faltan para hacerlo.

-Matame cuando quieras, gatita- escucho que dice en un susurro, lo dejo pasar solo por qué lo que sea que tenga que decirme Vlad se que es importante.

Caminamos todos juntos hacia la oficina, y en todo el camino siento esa mirada que me deja los pelos de puntas, se que el pijama que tengo es transparente pero debería de tener respeto y no mirar más de la cuenta, me siento violada con su mirada.

Entramos y tanto Vlad como K toman los asiento disponibles, dejando al estúpido de pie.

-Toma asiento - le digo con una sonrisa malisiosa que no se ve por mi mascarilla- En el suelo.

-No gracias, mejor dame tu asiento y tú podrías tener uno más cómodo en mis piernas- me río y eso lo tensa como si no lo estuviera esperando.

-Ya quisieras, ni siquiera eres un hombre- murmuró.

¿Como Sucedió? Libro:1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora