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—¡Aqui lo tenemos! ¡A vuelto luego de unas largas vacaciones!— la voz del presentador se escucha por todo el lugar y todas las personas que se encuentran en el estallan en vítores — ¡A venido a desquitar su ira y su rencor con cada impostor que se le cruce en el camino! ¡El está aquí!

Me preparo para salir a descargar el dolor que llevo dentro. Dolor que transforme en ira. Dolor que no es físico. Un dolor que llevaré en el alma por siempre.

—¡¡El abrecaminos de la muerte, ha regresado!!— Salgo del camerino con la gran capucha negra cubriendome de pies a cabeza, paso por un lado de la multitud y todos gritan mi nombre clave.

¡Charun!.

El demonio que después de la muerte atormenta a las almas. Eso soy yo un hijo de puta del cual no te libras ni estando muerto.

En cuanto piso la tarima el presentador da un paso atrás. El sabe que a la mínima cosa que haga que no me guste el que será un saco de boxeo será él.

—¡El campeón de la casa!— como si se pudiera más los gritos se escuchan tan alto que los oídos me palpitan —¡¿Quién será el impostor de esta noche?!.

Como si fuera poco sigue haciendo que las personas griten más alto, así que me quito la capucha y le hecho una mirada que lo pone a tragar saliva.

—¡Abran la jaula!— en cuanto lo tiran al rin me le quiero ir encima para acabar con su miserable vida de una vez por todas, pero me contengo y solo camino por su alrededor, hasta que me pongo enfrente.

—Yo no quería, lo sabes— lloriqueos es lo primero que sale de su boca pero simplemente lo ignoro—Perdoname, solo lo hice para detenerla...

—Para detenerla de matar a la puta que te abría las piernas ¿verdad?— mi voz se escucha distorsionada y esto por qué tengo los dientes apretados. Al igual que también me contengo antes de partirle la cara de un puñetazo.— Fórmate y dame lucha por qué si no será peor para ti.

—Yo lo siento mucho...

—Todavia no lo sientes. Deja de llorar y ármate de valor basura humana— Se arrincona en un lado y espera igual que yo.

Como si se hubiera dado cuenta de algo, cambia la postura y ya no se ve como un mocoso con miedo. Sabe que va a morir, y es bueno que luche como un soldado hasta que de su último aliento.

—¡Que se le hace a los impostore!

—¡Dolor! ¡Muerte! ¡sufrimiento!— El público lo pide y yo no soy nadie para impedirles lo que quieren.

—¡Esta noche disfrutaremos mas que cada día!— Con una mirada al presentador este asiente dando así el comienzo de esta lucha que tiene como destino que uno de los dos muera y ese no seré yo.

— Demuestra que tan hombre eres y ataca— se que podría acabar con esto en solo minutos pero antes deseo hacerlo sufrir tanto como yo lo estoy haciendo.

Se queda allí en su esquina así que no me queda de otra que salir en su busqueda. Me aproximó rápidamente y solo le doy chance de dar un paso hacia el frente antes de conectar mi puño con su cara y mandar esta para atrás por el golpe tan fuerte.

Cae de rodillas y yo me alejo dejando que sienta el dolor, antes de volver a ataca. Su nariz comienza a sangrar al igual que su boca y gotas de su sangre caen a la tierra debajo de el.

Cuando se para, se abalanza directo a cogerme de la cintura para tumbarme pero lo único que logra es echarme un paso hacia atrás. Teniendolo en bandeja de plata conecto mi puño en su costado derecho, luego en su columna y por último cuando sus piernas le fallan y cae al piso lo tomo por el cabello y alzando su cara estampó denuevo mi puño en esta.

Y lo dejo caer, lo dejo que sienta el dolor de los golpes, lo dejo respirar, lo dejo creer que ya he tomado lo que quiero y que lo dejaré allí.

—¿Te rindes tan rápido? ¿Ahora no tienes la fuerza para golpearme igual que lo hiciste con ella?— Lo hago ponerse de pie y lo empujó hacia atrás soltándolo y dejando que se estabilice.— ataca mujercita.

Por primera vez en la noche dejo que conecte su puño en diferentes partes de mi cuerpo. Por qué así lo deseo, por qué es mejor un dolor físico a uno sentimental. Dejo que haga conmigo lo que quiera hasta que siento sangre en mi boca.

Sus puños impactan en mi cara, pero no me cubro solo dejo que lo haga, el costado me llega a doler cuando me lanza una patada, y es hay cuando se que es momento de darle un poco más de dolor.

Con un impulso dirige su pierna a mi cara pero la detengo y le sonrió con los dientes manchados de sangre, acomodo su pierna antes de bajar mi codo con fuerza hacia su muslo y escuchar el tipico crack que hacen los huesos al romperse.

—¡¡Maldito!!

—Eso soy— lo dejo caer al suelo, y sonrió aún más cuando con la pierna rota se arrastra lejos de mi.— vas a lamentar mucho lo que hiciste.

Lo tomo de su pierna rota y lo alo hacia mi viendo cómo se revuelca de dolor. En el mismo lugar donde su muslo se torna de otro color lo piso, una pisada fuerte y segura.

—¡Levantate perra!— Mi grito altera a los demás y hacen qué la cabeza me palpite al escuchar los silbatos y gritos que lanzan.

El infeliz logra pararse con ayuda de la maya que nos rodea, pero no se acerca solo me llora y súplica.

Estúpido

Escupo la sangre en mi boca y camino despacio hacia donde está. Lo tomo por el cabello pero sin esperarmelo me lanza un puñetazo que conecta con mi mandíbula y que me hace dar unos pasos hacia atrás.

Me río como un demente y clavo mis ojos en el. En un movimiento rápido lo tomo por la cabeza con fuerza, lo despegó de la maya cuando se sostiene, y tomando impulso hago que su cabeza impacte a lo bruto contra la tierra, sacándole el aire de los pulmones y un grito silencioso.

Me subo encima de él y dejo de jugar. Descargo toda la rabia que llevo dentro, todo el dolor, toda la tristeza. Mis nudillos se manchan de sangre tanto suya como mia, pero no me detengo, sigo. Incluso cuando se que ya lo he matado no me detengo.

Su cara no se distingue por qué mis puñetazos se la desfiguraron. Mi respiración se acelera y de mi boca sale un gruñido de dolor y rabia que pone al público en un silencio total. Me pongo de pie y con un rápido impulso tomo su cuerpo y lo levanto sobre mi cabeza. No duró mucho para bajarlo a gran velocidad y a la vez me inco para así dejar que su columna impacte en mi rodilla y que su espalda quede en un ángulo raro.

El primero de la lista muere, Romir pasa a ser comida para perros, pero eso no calma mi ira así que me preparo para otra ronda.

Aqui comienza mi venganza, este solo fue el primero de la lista ahora iré por los demás y no pararé hasta estar seguro que nadie la volverá a tocar.

—¡Sube al siguiente! ¡¡ahora!!—Nadie se mueve solo se quedan allí en silencio mientras ven como me cargo a cuatros contrincantes más y pido por otro.

Ninguno me da la pelea que necesito solo logran conectar su puño algunas veces. Mi cabeza se va lejos y pienso en todo lo que haré para que nisiquiera la miren.

Por qué prefiero ser yo quien esté en peligro a dejar que algo le pase denuevo.

Prinkípissa esto es por ti.

¿Estás preparado para seguir está historia en su segundo libro?

ANNY LIRIANO.

¿Como Sucedió? Libro:1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora