Hoy era el día en que por fin podía volver a estudiar. Mi psiquiatra dice que mientras siga tomando la medicina no habrá problemas con que salga al mundo. Mis padres tenían un poco de miedo de que algo malo me pase, pero tampoco querían tenerme encerrada como a una loca.
Mi nombre es Samanta Aimara Rodríguez, tengo 23 años y soy de Argentina. Mis padres Sandra y Marcos Rodríguez son dos reconocidos psicólogos en mi país, y la verdad aunque me gusta esa profesión no era algo a lo que aspiraba, ya que soy una persona más creativa y me voy más por las ramas del arte. Así que decidí estudiar Bellas Artes.
Cuando era chica mis padres pensaron que podría sufrir de autismo, por mi conducta antisocial y retraída, sobre todo en la escuela. Luego de hacerme unos estudios se dieron cuenta que en realidad lo que me pasaba era que tenía un iq de 160 y eso hacía que no encajara en mi entorno ya que mi aprendizaje era más rapido. Así que después de hablar con varios conocidos entre al Politécnico a hacer la secundaria y a los 15 años termine mis estudios.
A los 16 años cuando estaba por entrar a la universidad, mis padres tuvieron que viajar para dar un seminario en la Universidad de Córdoba y nos dejaron a mi hermano mayor y a mi solos en la casa. Como mi hermano tenía 18 años el se haría cargo de mi. Kevin y yo teníamos una buena relación y el siempre me cuidaba y aconsejaba. Pero una noche hubo un accidente que cambió mi vida para siempre.
Era 15 de octubre y con mi hermano estábamos viendo un anime Shingeki no kyojin. Ambos éramos fanáticos de los animes, veíamos Naruto, One Peace, Death Note etc. Le comenté que navegando por internet encontré un video que hablaba sobre este anime. Al principio me pareció medio grotesco cuando vi a los titanes comiendo humanos, pero el saber de que trataba y que según el video era una historia compleja y llenas de misterios y giros argumentales, le propuse a mi hermano verlo juntos. Al final me enamoré de él y todos sus protagonistas. Aunque debo admitir que Hange Zoe es el amor de mi vida, y Eren no es tan imbecil como muchos dicen. En fin esa noche estamos de lo más bien viendo la tele cuando se escucha un ruido raro en el puso de arriba donde están las habitaciones. Mi hermano me pide que me quede ahí mientras el revisa.
En la oscuridad del comedor con la tele como única luz y en total silencio trató de escuchar que sucede, cuando el grito desesperado de mi hermano me llena de miedo. Me pide que corra rápido y escape, para luego escuchar como grita de dolor. Salgo lo más rápido que puedo de mi casa con el celular en mano y llamo a la policía. Se que es en vano llamar a la policía, ya que siempre tardan una hora o dos en llegar al lugar del hecho. Solo le pido a dios que me hermano este bien. Con desespero marco el número de mi mamá y entre llanto le explico lo que sucedió, ella me dice que me tranquilice que en unas horas llegarán a casa. Pero para cuando lleguen será tarde. Sin saber que más hacer vuelvo a mi casa para ver si el intruso se fue, pero al entrar y no escuchar nada me confió y busco a mi hermano, para encontrarlo tirado en suelo con dos sujetos sobre el mordiendolo. Del susto caigo hacia atrás llamando su atención cuando veo sus rostros el terror inunda mi ser. Sus ojos eran rojos como la sangre, su piel pálida como si estuvieran muertos e hilos de sangre caían por las comisuras de sus labios. Uno de ellos se acerca a una velocidad sobrehumana y me toma del cuello levantándome, su manos estaba helada, para estar en primavera. Me veía de una forma horrorosa, como si yo fuera un manjar listo para ser devorado. Cuando acerca su boca a mi cuello se escuchan el sonido de las sirenas a los lejos, y estos huyen en un abrir y cerrar de ojos. Yo caí al suelo golpeando la cabeza en el proceso y en estado shock solo puedo ver entre lágrimas el cadáver de mi hermano frente mío.
Cuando al fin pude hablar la policía me preguntó que pasó, cuando les conté lo sucedido nadie me creyó. Me culparon a mi de la muerte de mi hermano, declarandolo como un homicidio culposo a causa de brote psicótico. Me internaron en un hospital y me mantuvieron medicada para tratar de arreglar mi mente, y curar el estrés postraumático que estaba sufriendo. Mis padres no me odiaron por eso, más bien se lamentaron de no poder haber previsto que eso podría sucederme y habernos cuidado mejor. Nadie me creyó nada de lo que dije y todos me catalogaron como esquizofrénica, me decían que solo eran alucinaciones mías. Que la muerte de mi hermano no era mi culpa, ya que yo no era consciente de lo que hacía, y que no debía cargar esa culpa. Pero que con medicación y tratamiento no volvería a sufrir esa clase de episodios. Al final termine aceptando lo que me decían los profecionales y con años de terapia pude superar esa pesadilla, aceptar lo sucedido y volver a reinsertarme en la sociedad.
Luego de que un grupo de médicos me dieran el alta del hospital y que confirmaran que yo no era un peligro para terceros ni para mi, me dieron la libertad y volví a casa. Mis padres me pidieron perdón por no ver lo que pasaba y que haya tenido que pasar por eso, yo los console diciendo que no era su culpa, ya que yo no mostraba signos de estar enferma mentalmente y ellos nos criaron bien a mi hermano y a mi.
Pero a partir de ese momento me aislé más de la sociedad ya que todos me veían como la loca que mató a su hermano. No volví a salir de mi casa, y me volvi más introvertida, callada, desconfiada y antisocial. Fueron 5 años encerrada en un hospital y dos en mi casa. Después de recibir una beca en la universidad de Alaska, mis padres se alegraron por mi y me dijieron que era hora de que salga al mundo sin miedo. Que ellos me apoyarían siempre y que querían que volviera a vivir mi vida como antes. Después de consultarlo con mi psiquiatra el me dio el visto bueno, me dijo que cambiar de aires me haría bien. Que podía empezar de cero y terminar de sanar mis heridas, que no debía abandonar mi tratamiento y que buscarían a un profesional ahí para que vayan controlando que no me falte mi medicina. Mis padres me dijieron que por el dinero no me preocupé que ellos me depositarán plata en mi cuenta bancaria todos los meses y que si necesitaba más se lo haga saber y ellos me enviarán lo necesario.
Ahora me encuentro en el aeropuerto a punto de tomar un avión a mi nuevo hogar temporal, espero todo vaya bien de ahora en adelante.
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superando barreras (Tanya Denali y tu)
RandomSamanta es una joven introvertida, antisocial y muy observadora. Se muda a Alaska para estudiar en la facultad, luego de superar un evento traumático en su vida. Pero esta toma un giro inesperado cuando conoce a una de sus profesoras, que le trae re...