CAPÍTULO 01

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01

Ariana Grant


«La vida no es como siempre se vive. La vida es perfecta si tú la quieres vivir así, la vida es imperfecta si quieres sentirla así. Los altos y los bajos son importantes, no hay nada que frene la vida, a menos que no sepas vivirla».


André corría tan rápido que no supe alcanzarlo. Mabel caminaba tan despacio que no supe esperarla, y yo... No supe alcanzar a uno y no pude esperar a otro. El viento pegaba mi rostro, tan fresco y alentador que me decía que no pare sin importar la velocidad de la que estaba yendo, el sol era tan delicado, de esos que no son ni tan fuertes, pero tampoco tan bajos, era moderado el clima.

La sonrisa en mi rostro lo decía todo, era feliz, demasiado feliz...

Ver sus rostros de felicidad y cansancio, pero cansancio de esas que te dan satisfacción de haber hecho algo que te gusta, no del cansancio de hacer algo que no te gusta. La vida es buena, siempre y cuando sepas cómo llevarla.

André estaba cansado y sacaba la lengua como perro, Mabel sin aliento y eso que ella corría como tortuga, y yo apunto de desmayarme, con la boca más seca que André.

―Les he ganado ―dijo André sosteniendo una sonrisa de oreja a oreja―son un par de lentas.

―Cállate, André ―ataca Mabel.

―Ya cállense los dos ―dije con el poco aliento que tenía en mis pulmones.

El clima es favorecedor y no hay rastro de nube que indique que lloverá, al menos eso parece. Nos recostamos en el pasto, debajo de un árbol que da su sombra. André toma su mochila y saca de ella una cajetilla de cigarros, toma uno y lo prende con un encendedor.

―¿Qué tal la nicotina? ―dije con una pizca de diversión en mi rostro.

―De maravilla ―dice―es tan relajante como estar aquí sentados en nuestro lugar favorito.

―Ya deja esa mierda, André ―Mabel demanda con el ceño fruncido―no arruines nuestro lugar tan agradable lleno de paz con tus humos. 

Pero a él no le importó.

―Últimamente no he sido yo ―André pronunció con la mirada perdida.

Volteó a ver a André, extrañada por lo que dijo. Mabel me mira y se encoge de hombros. No entiendo, André siempre es un chico muy alegre, y lo sé, lo conozco desde la secundaria.

―Todo estará bien, André, a veces... ―no pude terminar la oración cuando el chico con el cigarro en los dedos me interrumpió.

―Claro, para ti todo estará bien, para ti todo tiene solución, para ti todo hay un mañana para arreglar lo que no hiciste bien, para ti... ―el chico voltea a verme quedándose en silencio.

No dijo más, se levanta del suelo tirando en el pasto lo que quedaba del cigarro pisándolo con la planta de sus tenis negros, agarra su mochila y se va sin ninguna explicación y sin pronunciar una palabra. Mabel voltea a verme con una mirada extrañada, la chica coge su mochila, se levanta del pasto y se va intentando alcanzar a André.

―¿Y ahora qué hice o qué dije?

Eché la espalda en el tronco del árbol, abrazándome a mí misma, esperando ver el atardecer e irme. Mordí mi labio inferior, tirando al aire un ligero suspiro. El plan con mis amigos se acaba de convertir en un plan con mi soledad y el árbol. Mire donde se fueron para ver si regresan, pero no. No lo hicieron.

GOLPES DE LA VIDA ✓ [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora