𝐎𝐥𝐝𝐞𝐫 | 𝐒𝐩𝐫𝐞𝐞𝐜𝐤𝐢𝐭𝐲

08.00

"please"

¿Alguna vez se han enamorado?

Enamorarse es un sentimiento tan puro, un sentimiento tan inocente pero a la vez tan maligno, puede ayudarte a reconstruirte y también a acabar contigo, puede doler pero también puede hacerte sentir la persona más afortunada del mundo. Sé muy bien cómo se siente estar enamorado, te hace sentir tan feliz, tan tranquilo, tan lleno, te hace sacar una parte de ti que no con cualquiera sacas pero, también saca lo más débil, te puede destrozar, puede acabar con todo lo tuyo, con tu ser, física o mentalmente pero te arruina.

Te destruye de la manera más bella. Y cuando se vaya, finalmente entenderás porque los huracanes tienen nombre de personas.

He tenido parejas, muchas de echo, en algunas ha sido mi problema, en otras ha sido de ellos o de ambos. Pero siempre duele. No ha habido una sola vez que no me han lastimado. Porque así es el amor, el amor duele y arde como limón en la herida. Siempre termino lastimado, siempre. He tenido de todo pero nunca una persona que me quiera lo suficiente como para quedarse conmigo.

Mis sentimientos son algo que no puedo ni siquiera yo mismo entender, solo ser muy amoroso, muy lindo, lo intento todo para ser una pareja perfecta, pero también suelo ser muy evitativo, competitivo, egoísta y todo lo que un novio no debería sentir en una relación sana.

He lastimado pero no creo que nadie, ninguno de los que se hicieron llamar mis "novios" haya sufrido por mi lo que yo sufrí por ellos.

Estoy roto, al final de cuentas, y nadie quiere un juguete roto, verdad?

Hace nada estaba besándome con un ardiente chico de pestañas largas, ¿Por qué estoy filosofando sobre qué es el amor?, sacudí la cabeza y presté atención a la clase a la cual llegué tarde por haber estado hablando (por no decir besando) con Iván. Igualmente me dio un papel el cual justificaba mi retardo y, que dijo, que me daría las veces que sea necesario mientras estemos juntos, ¿Cool, no? Era parte de lo que acordamos después de estar, ocupados.

— Bien, ¿Ahora qué? — Le pregunté con mi respiración agitada aún sentado a horcajadas sobre el. No me soltó la cadera aunque ya estuviéramos separados, me miro a los ojos pareciendo pensar, hasta que carraspeo.

— Okay, siéntate donde estabas. — Ordenó, y yo por alguna razón obedecí de inmediato. Ya sentado en mi lugar, Iván saco una hoja de uno de los cajones de su escritorio tomando una pluma. — Un contrato, ¿Qué te parece?

Fruncí mi ceño. — ¿Nos vamos a casar?

— No pero, necesito que sea confidencial. Y claro, con los términos y condiciones que gustes como también los míos. — Dijo serio. ¿En qué me había metido?

— ¿Confidencial?  — Pregunté.

— Si,  confidencial. — Al ver que no decía nada empezó a escribir en la hoja. — Primero, soy hijo del director de la escuela en la que estudias, y dirás, no tiene nada de malo, no tengo correlación pero, por algo estoy trabajando aquí, en un par de años seré el director de todo este lugar, por ahora solo soy parte de la mesa directiva. ¿Crees que le darían lugar a alguien que se encama con alguien del alumnado? — Negué con la cabeza, intentando procesar la información. — Segundo. Eres menor de edad.

— ¿Qué? — Salió de mi boca sin pensarlo.

— Tengo veintidós, Alexis.

¿Veintidós? ¿Un dos junto otro dos? ¿Estaba hablando en serio?