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¿Como podía ser un hombre tan perfectamente atractivo?

Digo, no puede ser por naturaleza, no es humano.

Spreen físicamente es el ser más sexy e irresistible que este mundo jamás haya visto. Tenía cejas definidas, pómulos marcados y una mandíbula definida. Piel blanca perfectamente cuidada, un pelo negro suave y con un corte perfectamente acorde a una estrella de Hollywood de los dos miles. Y, Dios su cuerpo, una espalda ancha fuerte, hombros marcados y unos brazos lo suficientemente grandes para que te imagines siendo asfixiado por ellos, y ni hablar de su abdomen. De lo que está un poco más abajo es pecado hablar. 

Su personalidad es confiada y atrayente, como también es seria y dura. Siempre tiene esa mirada fría que te hace temblar, una forma de hablar libre, pero formal, una forma de tensar su mandíbula cuando algo no le parece tan sensual y una forma de hacerte sentir inferior seas quien seas. Tan asquerosamente inteligente que te hace querer morir. Y, aunque no lo parezca, sumamente carismático cuando se trata de alguien que parece agradarle, o que le conviene. Es coqueto, sabe cómo tenerte a sus pies como y cuando quiera, sabe cómo tenerte justo donde él quiere, sea como sea. Y si supieran como es en la cama, quedarían locos. 

Pero, a pesar de todo lo que les acabo de decir sobre Iván, yo conozco a un Iván totalmente diferente. 

Un Iván realmente increíble, al cual me he encariñado más de lo que debería. Un hombre que después de un día muy duro de trabajo me llama con anticipación a su oficina y que cuando llega se recuesta encima mío a dormir, un hombre que a pesar de todo me ha mostrado una faceta suya que estoy seguro de que no muchos ven. Ese chico que a pesar de que ya sea todo un adulto sigue comportándose como todo un niño pequeño fanático de Minecraft. Ese es el Iván que yo tengo, el que cuando me ve me hace sentir un escalofrió en todo mi cuerpo. Cuando me ve llegar da una hermosa sonrisa que me hace temblar, cuando me susurra cosas lindas al oído, los regalos sin razón con los que de vez en cuando llega, su forma tan rara de hacerme reír, el cómo me mira desde arriba por su gran notoria diferencia de altura, el cómo me abraza por la cintura cuando estoy distraído, sus llamadas en la madrugada que me hacen dormir más tranquilo, sus apodos, su risa, las flores, las comidas, las caricias, son tan solo algunas de las cosas que me hacen amar estar con él. 

Claro que sabía que todo esto es a base de un contrato y que en cualquier momento podría dejarme botado, pero para mí mala suerte lo había olvidado después del primer beso que me dio. 

Me encontraba recostado en el sofá café de cuero en la oficina de Spreen, mientras jugaba con mi teléfono Iván tecleaba muy concentrado y de forma brusca su computadora. No habíamos hablado en un buen rato dado que me menciono que tenía un trabajo bastante extenso que entregar para hoy, así que solo me dio un beso en la mejilla y siguió haciendo lo suyo, no me molestaba en lo absoluto, mientras me dejara estar con él.

Estaba demasiado sumergido en el juego de mi teléfono, Roblox obviamente, que no note cuando Iván se levantó de su silla en dirección a mí. Sentí su peso en el sillón, pero no despegue la mirada del teléfono pues estaba peleando con unos niños y no pensaba dejarme ganar, así que seguí atento hasta que ahora sentí el peso de Spreen encima mío, pasando sus manos por mi torso, me acomode intentando no perder de vista mi juego, escuche un gruñido de su parte, pero no le hice mucho caso, y ahora con más fuerza abrazo mi cintura y enterró su cara en espacio de mi cuello y mi hombro donde empezó a dejar pequeños besos los cuales hicieron que se me erizara la piel, empezó un caminito lento en él, para este punto los niños en mi juego habían ganado por totalidad pero no solté el teléfono, cerrando los ojos disfrutando la sensación de su respiración en mi garganta. Paro por unos segundos lo cual me desconcertó hasta que sentí su boca en mi oreja.

-- Soltas el celu o no te toco más. -- Dijo con la voz ronca sobre mi oreja. No hace falta decir que el teléfono salió volando. De hecho, lo tire al suelo e hizo un ruido por el que tal vez me debería preocupar, pero más tarde seria. Empezamos a besarnos, el cómo siempre tomando el control. Soltábamos pequeñas risas tontas entre besos, yo pasaba mis manos en su cabello mientras el subía y bajaba sus manos en mi cintura. Después de unos minutos Spreen se recostó en mi pecho descansando en él, yo empecé a jugar con su cabello disfrutando de la sensación de tranquilidad que me transmitía estar de esta forma con Iván. Su mirada subió, enfocándose completamente en mí.  Le sonreí a lo cual él no me devolvió la sonrisa.

-- ¿Que tanto me ves? -- Le pregunte, fingiendo molestia, a lo cual el solo sonrió de lado.

-- Eres realmente bonito, Alex. -- Dijo sin quitarme la mirada. Sonreí y cerré mis ojos por el nerviosismo y la pena que me dio, rección que lo hizo soltar una pequeña risa. 

-- No hay que decir mentiras para convivir. -- Dije, apenado. El arrugo el entrecejo.

-- Yo no miento. -- Su tono era serio, tan serio que decidí no decir nada más. -- Eres hermoso Alexis, y creo que no te has dado cuenta. Si soy sincero con vos creo que me encantas. -- Lo dijo sin más, simplemente lo soltó y se quedó callado, hasta que el silencio que formo lo corto un beso. Para nada brusco, era suave y tierno. No me moví, solo disfruté el sentimiento de sus labios junto a los míos. Cuando se separó me miro fijo a los ojos.

-- Quacks, ¿te gustaría ir a cenar conmigo?, ya sabes, a un lugar bonito.

-- Claro que si Ivu. 









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No preguntare si me extrañaron porque es claro que lo hicieron así que mejor les diré que mañana subiré dos capítulos más que si siguen la línea donde nos quedamos, este capítulo solo es un vistazo a como es/era la relación de estos dos, sí que besos vvssssss, nos vemos mañana.

𝐎𝐥𝐝𝐞𝐫 | 𝐒𝐩𝐫𝐞𝐞𝐜𝐤𝐢𝐭𝐲Donde viven las historias. Descúbrelo ahora