"True love"Tal vez mi plan no había salido como lo esperado y justo ahora tal vez mis amigos querían matarme, pero hey, las risas no faltaron.
Después de haber salido de aquel bar los recuerdos eran borrosos y al parecer también lo eran para mis amigos. No hemos hablado sobre ello y no creo que lo hagamos por ahora. Desde que despertamos no hemos entablado conversación más allá de intercambiar pequeños insultos entre nosotros y desde que nos dimos cuenta de la media hora de retraso que llevábamos las cosas se pusieron más tensas, tomando en cuenta que todos aquí éramos becados y que nuestro pequeño retraso no iba a ser tomado a juego era entendible que nos quisiéramos matar entre nosotros y no creo que justo ahora sea un buen momento para platicar sobre lo ocurrido.
Las becas en una escuela privada, la cual es realmente prestigiosa, no son para nada fáciles de conseguir y para nada son fáciles de mantener. Uno de los puntos qué hay que cuidar al ser un chico becado aquí es; La puntualidad, junto con la asistencia intacta. Y, tomando en cuenta que ninguno de nosotros está en esa escuela por bendición de Dios, realmente estábamos preocupados. Habíamos salido tan rápido terminamos de limpiar y aun así íbamos con el mayor retraso del mundo. Salimos corriendo al auto de Juan, el cual para nuestra hermosa suerte se había quedado sin gasolina. No había autobuses, no había taxis, nada, ni una sola alma que pudiera apiadarse de nosotros. Empezamos a desesperarnos hasta que escuchamos a Juan decir un "Chingue su madre" y empezar a correr hacia la escuela, no teníamos otra opción más que seguirlo.
Íbamos corriendo, las mochilas rebotando en nuestra espalda, el sol de la mañana dándonos en nuestras caras y el cansancio incrementando. Pero desgraciadamente nuestro esfuerzo fue en vano al llegar y ver que la puerta estaba cerrada ya.
Voy a llorar.
Pase mis manos por mi cara con frustración sin saber que hacer. Escuché las maldiciones de Osvaldo y los suspiros de Sebastián, pero no voltee a verlos.
— Estamos acabados. — Escuché decir a Juan. — Mierda, mi beca, si mis padres se llegan a enterar, voy a estar muerto. —Dijo con desesperación. Mire mi teléfono, veinte minutos tarde. Suspire, cansado, antes de echar un vistazo a los miles de mensajes que tenía y que un escalofrío recorriera mi espalda al ver de reojo algunos de ellos. Tenía muchos problemas. Pero el sonido del portón abriéndose me saco de mis pensamientos.
— ¿Qué hacen aquí? — Pregunto el guardia asomándose por el espacio de la puerta. Suspire acercándome al señor con pena. No teníamos otra opción más que tirar toda nuestra dignidad al caño.
¿Por qué no podía nacer rico?
Le conté sobre nuestra situación al guardia, los chicos se quedaron atrás asintiendo con todo lo que decía, esperanzados de que no dejara pasar como si nada; Sin embargo, negó con la cabeza y nos llevó a dirección, dejándonos con la secretaria quien parecía molestarle de sobre manera nuestra presencia.
Estando en dirección, los cinco sentados en fila con la cabeza baja esperando indicaciones. Pensaba en cómo en mi antigua escuela no me pasaba nada de esto, a pesar de ser una escuela pública era bastante estricta, y por más problemático que fuera nunca tuve un problema. Era más astuto en mi vieja escuela, podía escaparme de cualquier situación con simpleza, pero como ahora soy un niño bueno parece que esos poderes se han ido. La secretaría, quien había desaparecido por unos segundos dejándonos solos, entró después de unos minutos, suspirando cansada.

ESTÁS LEYENDO
𝐎𝐥𝐝𝐞𝐫 | 𝐒𝐩𝐫𝐞𝐞𝐜𝐤𝐢𝐭𝐲
Teen Fiction'Yo puedo quitar el peso de tus hombros' La necesidad de obtener atención y cariño que no te dieron tus padres te hace tan vulnerable, más a hombres mayores que aman ser venerados como del que el Joven Alex se enamoró, el mismo sabía que estaba mal...