"Good boy"Odio la preparatoria.
Es que definitivamente la odio, ¿Quien demonios fue el que dijo que era una buena idea? porque quisiera decirle un par de cositas.
Estoy en semana de exámenes, la cosa más estresante que me puede llegar a pasar, estoy desgarrándome por dentro en gritos y llantos, queriendo justo ahora solo entrar en coma por un largo, muy largo tiempo.
Estaba dirigiéndome hacia mi salón de Química, con miedo ya que me daba el resultado de mi último parcial, mis amigos se habían adelantado para poder ver si podrían convencer a la maestra de que les regale un punto para pasar. Al llegar veo a todos mis compañeros en fila comiéndose las uñas por lo que les dirían al entrar, me asomé un poco viendo el salón encontrándome con Roier y Aldo a un lado del escritorio dando todo de si mismos para poder conseguir ese punto. Miro la fila y me encuentro con el Mariana.
— ¿Y tú? ¿No deberías estar ahí adentro de rodillas? — Le pregunto de forma irónica. El ríe aún mirando hacia enfrente en la fila.
— Al parecer no lo necesito, ya pase. Saque siete, a los que no les fue muy bien fue a esos dos pendejos. — Se burló. — ¿Ya te dio calificación a ti?
— No, ya casi me toca a mi. — Digo con miedo.
— A ver si ahorita el que termina de rodillas con la maestra eres tú güey. — Le doy un golpe en el brazo que se vuelve una pequeña guerra entre los dos. Hasta que los susurros de los demás nos detienen.
"Es Spreen", volteo instintivamente hacia donde veían. Ahí estaba, pasando casi enfrente de todos nosotros, no sin antes voltear a mi dirección y mirarme por unos milisegundos, luego devuelve la mirada a su camino y va a dirección.— ¿Te vio a ti, men? — Pregunta Osvaldo. Me quedo en blanco unos segundos sin saber que responder.
— Ah si, si, si a huevo, es que le gusto, por eso me vio a mi, no te digo que a todos tengo locos, hasta a el. — Digo en tono de broma aunque tal vez en el fondo si lo sea. No me gusta mucho pensar en que sentirá Iván sobre mi (Lo pienso todas las noches).
— ¿A poco si puñetas?, ya quisieras. — Me da un pequeño zape que, de alguna forma agradezco ya que significa que me creyó. — Oye por cierto, ¿Y qué pasó con Luzu? Ya no hablan, ¿O si? — Ah cierto, Luzu.
Hace semanas que no hablo con el, podría arrepentirme de no ser que Spreen me ha tratado muy bien pero por ahora estoy tranquilo, extraño un poco el como hablábamos, pero es algo que ya no puedo revertir, aunque podría hablar con el para ser amigos siento que no es lo correcto así que por ahora dejar las cosas así es lo que he estado haciendo. No lo he visto tampoco, solo de lejos pasando junto con Vegetta o Rubén, pero nada más.
— Mm, no, ya no. Nos alejamos un poquito este mes. Aunque no sé muy bien por qué. — Si sabía, y lo conocía de pies a cabeza.
— Ohhh, que mal men. Bien dicen que todos son iguales. — Le doy la razón y seguimos platicando mientras la fila avanzaba. Mira, hasta se me olvidó por qué estábamos aquí, que chistoso.
Llega mi turno y Valdo me desea suerte. Suspiro e intento calmar mis nervios. Mis manos empezaban a sudar y mi pecho a doler pero intentaba no demostrarlo, al entrar ya no estaba Roier o Aldo, así que supongo que lograron lo que querían. La maestra llama mi nombre y me acercó al escritorio con cuidado.
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𝐎𝐥𝐝𝐞𝐫 | 𝐒𝐩𝐫𝐞𝐞𝐜𝐤𝐢𝐭𝐲
Teen Fiction'Yo puedo quitar el peso de tus hombros' La necesidad de obtener atención y cariño que no te dieron tus padres te hace tan vulnerable, más a hombres mayores que aman ser venerados como del que el Joven Alex se enamoró, el mismo sabía que estaba mal...