"Just that"Miraba mi espejo con recelo, observando mi cuerpo.
Nunca me ha gustado mi cuerpo, no hay ni una sola cosa que me guste. Odio mis piernas, demasiado delgadas pero extremadamente gordas a la vez, odio mi cara, mis cachetes, mis brazos, mi cuello, mi pecho, mis manos, mi pelo, mi boca, mi nariz y ni hablar sobre mi abdomen. A veces, solo a veces, quisiera tomar una navaja y pasarla por todos esos rollos de grasa que se me hacen en el estomago, por mis cachetes de niño pequeño, por mis muslos, por todas las partes de mi cuerpo hasta desangrar y que no se vean como se ven ahora, pero solo a veces.Las otras veces, son aquellas en las que las personas me llenan de elogios y hacen que me sienta bien, ¿Mis preferidas? Las que vienen de hombres. Esos comentarios tan... Asqueantes que salen de sus asquerosas bocas por lo calientes que están por tan solo meter su pene en algún lado, esos que me hacen sentir como un fácil y asqueroso chico, un corriente.
Pero que me llenan como no tienen idea.Siempre he odiado que me sexualicen, que me vean solo por algo sexual, hasta que me di cuenta que yo mismo era el que lo provocaba, que yo mismo lo buscaba.
Solo quiero un poco de atención, solo un poco.
Lo bien que me sentía hablando con esos chicos por internet, ese cosquilleo en el estómago que me daba el ver sus mensajes, el mandarles tan solo unas cuentas fotos y que los tuviera en la palma de mi mano era magnifico, me sentía querido, pero no de la forma que quería.
Luego de terminar de hablar con ellos, me sentía sucio, me sentía culpable, sentía aquel vacío y tristeza volviendo a mi pecho, dolía.
Deje de hacerlo virtual, cumplí mis catorce años y conseguí mi primer novio. O así me gustaba llamarlo
Era mayor que yo, iba en tercero de preparatoria mientras yo apenas cursaba mi tercer año de secundaria. Lo conocí por un amigo en común, enseguida empezamos a hablar y no tarde en quererlo. Sus tratos de mierda eran como actos de amor verdadero para mi.
Nunca tuve una cita, no una cita de verdad. Siempre era ir a su casa y dejarlo hacer conmigo lo que se le placiera. Nunca me queje, pues me hacía sentir querido, necesitado y con eso yo tenía suficiente. Sabía perfectamente que solo me quería por eso y por eso era yo el primero en ofrecerme, yo di el primer paso, yo me abalancé a el, porque sabía que así el me iba a querer. Los primeros meses no pasó de besos húmedos y toques subidos de tono, siempre puse mi límite, y así debió quedarse.
— ¿Qué? — Fue lo único que pudo salir de mi boca.
— Perdóname Pastelito, pero ya no.. ya no siento lo mismo que antes, me entiendes? Am, no eres tú, soy yo. — No sabía que inventarse y yo no sabía que hacer. Empecé a entrar en pánico, mi voz empezó a temblar, mis ojos se nublaron y mi pecho empezó a hundirse.
— ¿Qué?, n-no, tú no.. Dios, tú, tu no puedes. — Su mirada era vacía. Me miraba sin expresión alguna. Empecé a acercarme mientras una risa nerviosa salía, se quedó quieto hasta que llegue lo considerablemente cerca, acerque mis manos a su cara pero el sostuvo fuertemente mis muñecas.
— Claro que puedo, lo estoy haciendo justo ahora. — Intenté zafarme de su agarre mientras repetía de forma desesperada que no podía dejarme, las lagrimas ya estaban corriendo por mis mejillas cuando el me empujó haciéndome alejar de el.
— Demonios Quackity, aléjate. No me vuelvas a buscar en tu vida y ni una palabra de esto a los demás. — Se dio la vuelta decidido a irse. Mi cabeza empezaba a dar vueltas, mi respiración no se calmaba, mis manos sudaban, mis lagrimas salían de forma seguida, entre en pánico.
— ¡Espera! ¡Espera, por favor! Amor, espera. — Lo tome del brazo deteniendo su paso, sentí claramente cómo tensaba su brazo y como estuvo apunto de sacarme volando, pero no pasó, pues me abalancé sobre el y empecé a besarlo, el no lo detuvo, fue húmedo y totalmente rudo, necesitado, me separé de forma rápida sosteniendo sus mejillas con mis manos. — Hazme lo que quieras, pero no me dejes, si?, te doy lo que quieras pero no te vallas por favor Jschlatt, no me dejes...
— ¿Quackity? — Escuché a mis espaldas.
Salí por completo de mi trance, mire frente a mi encontrándome con el espejo de cuerpo completo que estaba observando hace unos momentos. Ahora estaba sentado en la orilla de la cama, aún podia sentir el nudo en mi garganta después del recuerdo. Mire detrás mía encontrándome con Spreen recostado en la cabecera de la cama con los ojos puestos en la laptop en la que tecleaba algo, no llevaba playera, solo las sábanas blancas cubriéndolo de la cintura para abajo. Me detuve a verlo por unos segundos, hasta que alzó la vista chocando su mirada con la mía.
— ¿Todo bien? — Me sostuvo la mirada. Gatee en la cama en dirección a el, me acurruqué a un lado suyo posando mi cabeza en uno de sus hombros, el sonrió y apago la laptop frente a él. Mi corazón se aceleró un poco al ver como ahora tenía toda su atención.
— ¿Te comió la lengua el gato? — Me pregunto con una sonrisa, sin quitarle la mirada negué con la cabeza, el río bajo.
Estaba apunto de volver a tomar la lap que estaba en su regazo que decidí hablar.
— Spreen.
— ¿Si? — Volvió a poner su atención en mi.
— ¿Qué te gusta de mi? — Pregunté en voz suave, mirándolo lo más atento posible. El no quito su mirada pero no expresaba nada, la misma cara sería de siempre. Parecía pensarlo detenidamente, lo veo volver a poner su mirada en la laptop y prenderla.
— Mm, tu cuerpo, supongo.
Me quede quieto, no hice ni un solo movimiento. Solo lo mire, mire su cara, sus lindas pestañas que me tomado el tiempo de observar siempre que puedo, sus lunares de los que he memorizado donde están, su nariz que parecía de los griegos, su pelo negro y brillante que me gustaba acariciar. Vi todo lo que a mi me gustaba.
Me volteo a ver unos segundos, su mirada se unió a la mía y con ella el nudo en mi garganta se hacía cada vez más grande, la opresión en mi pecho y las pequeñas lagrimas amenazando con salir de mis ojos en cualquier momento. Sonreí, abrazando su brazo y escondiendo mi cabeza entre su hombro y su cuello.
No importaba ya.
¡Holaaaaa! Capítulo corto solo para entender un poquito del trans fondo de Alex Quackity.
Que fue, un mes? sin vernos, perdón pero esta vez si me merezco un premio por irresponsabilidad.
Enero de verdad me dio un cogidon. Estas semanas han sido lo peor que me ha pasado, demasiado estrés, demasiada tristeza y me había olvidado por completo que estaba escribiendo esto, JAJAJAJ.
Aproveche que estoy viviendo algo similar si no es que igual a lo qué pasa con el protagonista en este capítulo para escribirlo, realmente el sentimiento de que las personas solo te quieren por tu cuerpo y no por ti es, doloroso.
Pero bueno, ya que ando viviendo lo mismo que el aprovecharé para escribir unos buenos capítulos, promesa de chica trastornada.
Solo tengo algo que decir:
Lana del Rey tu te merecías todos esos premios, no me importa lo que me digan.
Los amos vvs, son los mejores, byeeeeee
ESTÁS LEYENDO
𝐎𝐥𝐝𝐞𝐫 | 𝐒𝐩𝐫𝐞𝐞𝐜𝐤𝐢𝐭𝐲
Teen Fiction'Yo puedo quitar el peso de tus hombros' La necesidad de obtener atención y cariño que no te dieron tus padres te hace tan vulnerable, más a hombres mayores que aman ser venerados como del que el Joven Alex se enamoró, el mismo sabía que estaba mal...